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Reclusas fabrican más de mil cubrebocas al día en Estado de México

Reclusas fabrican más de mil cubrebocas al día en Estado de México

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La pandemia de COVID-19 llegó a todos lados y la cárcel no es la excepción, pues cientos de mujeres mexicanas que están tras las rejas se pusieron a coser miles de cubrebocas para enfrentar este virus.

No cabe duda de que el coronavirus unió a varios sectores y la prisión no es la excepción, pues algunas reas hallaron la forma de ayudar a la sociedad desde su encierro.

De acuerdo con información recabada por El Universal, en el Centro de Prevención y Readaptación Social Santiaguito, en el Estado de México, un grupo de reclusas elabora miles de cubrebocas al día en un taller de costura.

Alrededor de 30 mujeres privadas de la libertad cosen retazos de tela y les dan forma de mascarillas para vendérselas a fundaciones o a empresarios que las donan a sectores vulnerables.

Tatiana Ortiz Monasterio, directora de Plan B, organización que coordina la producción, reveló en una entrevista para El Universal que esta medida tiene varias ventajas, entre las que destacan la remuneración económica y la prevención de COVID-19:

“Los insumos se venden y el dinero se entrega a las prisioneras, y por otro lado, las fundaciones reparten las protecciones para prevenir más casos de COVID-19”.

Sobrepoblación y hacinamiento; autogobierno, cobros y privilegios; prostitución en las cárceles de mujeres del país: CNDH. Foto: Cuartoscuro

Las presas de Santiaguito cosen 7 mil 500 cubrebocas semanales, por lo que cada día, desde las nueve de la mañana, cada una de las integrantes de este grupo se compromete a hacer al menos 100.

¿Cómo se vive el coronavirus desde la cárcel?

¿Te has puesto a pensar si en las cárceles también se llevan a cabo las medidas sanitarias? Parece que no es así, según lo referido por Expansión Política, pues se calcula que en nuestro país hay 202 mil personas en la prisión y 37 por ciento de las cárceles cuenta con sobrecupo.

No es novedad que la sobrepoblación en la cárcel haga más deplorables las condiciones de sus habitantes, como en el caso del Reclusorio Varonil Preventivo Oriente que alberga a más de 8 mil personas cuando su capacidad es de 6 mil.

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Este medio entrevistó a un interno, quien reveló que para la cárcel se necesita dinero y si se cancelan las visitas que reciben los reos en la semana, donde les dan algunas monedas o billetes sus familiares, seguramente ‘se volverá un caos’.

Según el entrevistado, él necesita al menos 27 pesos para sobrevivir porque pagan por pasar lista, comida, agua potable, una cubeta para bañarse y para tener una televisión en cada celda. Este hombre aseguró que las medidas de higiene no se cumplen puesto que todos los dormitorios poseen deficiencias en su estructura.

Con información de El Universal, Pulso SLP y Expansión Política

Portada e interiores: Archivo Cuartoscuro