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Apodos en la oficina: ¿buenos o malos para la sana convivencia?

Apodos en la oficina: ¿buenos o malos para la sana convivencia?

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El apodo es una forma aparentemente cariñosa de agredir y discriminar, por ello hay que tener cuidado de usarlos en el área laboral.

Debido a que los sobrenombres tienden generalmente a subrayar una falla, un defecto o una característica física anormal, pueden provocar una mala convivencia entre los empleados, sobre todo si no existe confianza o algún tipo de acuerdo social entre el que emite el apodo y aquel al que se lo colocan.

No todo sobre los apodos es negativo, pues esta práctica de convivencia social también puede ser sinónimo de que las interrelaciones entre los participantes son cerradas y estarán dispuestos a ayudarse mutuamente, y con ello la productividad, la dinámica laboral y la creatividad florecerán en la oficina.

Por lo anterior, siempre será necesario que un participante externo evalué la situación. Este observador deberá verificar si dentro del trabajo se están dando situaciones en donde a alguien se le este señalando para herirlo, menospreciarlo o discriminarlo.

Recuerda en primer lugar que el nombre ayuda a formar nuestra identidad, y lo mismo aplica para los apodos que nos ponen los colegas.

Si tu apodo te gusta, que otra gente lo empiece a usar te va a hacer sentir bien, incluso podría llegar a hacerte sentir valorado, validado y aceptado, en cambio si no te gusta podría llegar a perjudicar tu vida laboral, así como a incentivarte a cambiar de empleo.

Es sumamente importante, para mantener un ambiente laboral sano, cortar de tajo las malas prácticas laborales, sobre todo las que en lugar de ayudar al desarrollo humano y profesional estancan y en el peor de los casos perjudican el tejido social.

Si le has puesto un apodo a tu jefe a alguno de tus compañeros a escondidas, ten presente que siempre hay alguien escuchando, así que tarde o temprano los ejecutivos se darán cuenta, lo que impactará negativamente tu imagen y reputación profesional.

Asimismo, con el cambio de generación los valores éticos en las empresas se han ido encrudeciendo y, últimamente, lo que se quiere es que el personal tenga buenas conductas y costumbres, de tal manera que estas contribuyan a un ambiente de trabajo armonioso, confortable y libre de practicas discriminatorias.

Con información de El Empleo, Yass y Euric Sánti
Foto: Freepik