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¿Debemos relajar las acciones de contención para reactivar la economía?

¿Debemos relajar las acciones de contención para reactivar la economía?

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Todos queremos reactivar la economía pero, ¿estamos en condiciones para hacerlo? No vaya a resultar que tratamos de apagar con gasolina una fogata que está a su máximo.

Para empezar, no sabemos a ciencia cierta en donde estamos parados.

La información que tengo no refleja la realidad. El gobierno ha reconocido en varias ocasiones que sus datos diarios y oficiales del contagio no reflejan la verdadera situación de la epidemia de #coronavirus en México. Aún habría que considerar su confiabilidad ya que anteriormente ha tenido que hacer aclaraciones o ajustes a las cifras.

Se cuenta con el ‘Modelo Centinela’, aunque no tiene ni pies ni cabeza. Para empezar, no se sabe a ciencia cierta cuál es el factor de multiplicación —lo que me parece que es su principal objetivo. Una estimación reciente del Dr. Arturo Erdely señala un 23.7.

Esto quiere decir que tenemos aproximadamente 655 mil personas contagiadas al 7 de mayo, pero insisto, se trata de una estimación, no estamos seguros de esa cifra.

Entonces construyo una realidad con información ‘a modo’.

Para tratar de llenar el hueco que deja la incertidumbre que comenté en el párrafo anterior, uno de los principales criterios del Dr. López-Gatell para decidir sobre la reactivación de la economía del país es su visión de ‘aplanar la curva’. Defiende la idea de que la que tenemos es más pequeña que la que se habría producido de no haber aplicado medidas de salud pública. Estaríamos peor si no hubiésemos hecho las cosas como las hicimos, es el mensaje. Y bueno sí, como hipótesis me parece clara; si yo no hubiera generado ingresos en el pasado, hoy sería más pobre de lo que soy. Pero lo importante es: ¿es prudente incluir este argumento hipotético en la toma de decisiones complicadas?

Todavía habría que tomar en cuenta las posibles conveniencias políticas para la actual administración que empujan esta idea. Este ángulo es sumamente importante y lleno de aristas, pero por ahora no profundizaré en él.

Por último en este tema. Quizá tratando de dar mayor credibilidad a la realidad construida, con aire triunfalista, el doctor constantemente compara la situación de nuestro paíscon la de algunos que tienen problemas más graves y grandes, pero no con aquellos que lo han hecho mejor como en el caso de Nueva Zelanda. No hace mucho, su primera ministraJacinda Ardern, expresó cuál había sido la estrategia de su nación: ‘No queremos aplanar la curva, queremos destruirla’.

Lo estoy haciendo bien en esa realidad construida. El gobierno insiste en su mensaje de que ‘estamos aplanando la curva’ y no puedo evitar seguir pensando que se refiere a una que no tiene un sustento confiable en cuanto a sus cifras-. Como sea, aquí la tiene en el gráfico 1.

La línea de guiones en color azul es el trazo de la tendencia polinómica calculada con grado 6. Aclaro que solo brinda una idea de lo que resultaría si las variables mantienen su comportamiento. Una variación en lo esperado generaría un escenario distinto, por supuesto correspondiente con esa variación. Esto cambia cada día. Es necesario incluir diversos cálculos adicionales para una mayor exactitud.

Observe que ‘el pico’ no se alcanzó el 6/05 ni se alcanzará hoy como lo predijo el gobierno.

Recuerde multiplicar por 23.7, según la estimación del Dr. Erdely.

¿La curva se está aplanando?¿qué diría usted?

Cuando decimos ‘aplanar la curva’, posiblemente pensamos en los varios factores que intervienen en esa idea. Pueden brindan visiones diferentes dependiendo de los que consideremos y del ángulo que les demos. Hay uno que es crucial y no aparece a simple vista. Podemos comprender mejor el comportamiento de la curva epidemiológica (y de lo que podría suceder en el mañana) si analizamos la varianza de sus datos.

El gráfico 2 muestra los porcentajes de variación de los casos de contagio de un día a otro. Por ejemplo, el 12/03 tuvimos un acumulado de 15 casos, y al día siguiente llegamos a 26, un incremento de 73.3% (o sea, 11 nuevos contagios)

La flecha continua en color verde resalta que, del 13 al 30 de marzo el porcentaje mostro una tendencia decreciente hasta llegar a un 10.2%. La mejora fue de 63.1 puntos porcentuales en esos 18 días (3.5 diario) Observe que este comportamiento del indicador nos dice que, en efecto, en este periodo la curvase estuvo aplanando porque, por encima de las altas y bajas, el crecimiento porcentual de los casos de contagio no dejó de descender.

Ahora, la flecha de guiones en color rojo muestra un periodo con características de estancamiento, que va del 30 de marzo al día de hoy. En este lapso, la varianza porcentual ha pasado de 10.2 a 7.2%, esto es, una mejora de 3 puntos porcentuales en 39 días (0.07 diario) ¿Diría usted que en este otro periodo la curva se ha estado aplanando?

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Por último le invito a analizar un resumen de las consecuencias de las dos etapas que acabamos de señalar. Analice la tabla siguiente:

En mi artículo del 24 de abril señalo que las peores consecuencias se han derivado de una falta de acciones inmediatas el 30 de marzo, justo cuando la varianza porcentual que comentamos entró en la fase de estancamiento. Puede revisarlo si lo desea siguiendo este link.

Por más que el gobierno diga que se preparó adecuadamente, surge constantemente evidencia de casos de saturación de hospitales, de su mal funcionamiento, de que faltan médicos, personal de asistencia y equipo especial, de que no hay esto o no hay aquello. De personas enfermas que no logran ser atendidas en ningún centro de salud. De médicos y personal auxiliar que no cuentan con lo necesario. Se informa constantemente que se compran respiradores, mascarillas, etcétera. No obstante se percibe un caos creciente, no que las cosas están en control.

Estamos ante una enorme fogata que arde con gran potencia, con los ojos vendados (por más que se diga que no), con un balde de gasolina en la mano y dispuestos a lanzarlo pretendiendo así combatir el fuego.

¿Debemos relajar las acciones de contención para reactivar la economía? Es muy tarde ya y el costo sería altísimo pero, ¿no sería mejor reconocer que debemos poner los pies en la tierra para dar entonces el golpe de timón necesario que nos permita destruir la curva y no solo pretender aplanarla?

Portada: GALO CAÑAS/CUARTOSCURO