El discurso de Steve Jobs que motiva a cualquier trabajador
De vez en cuando los trabajadores de una empresa necesitan escuchar palabras que los motiven para redescubrir su puesto y llenarse de energía para que vuelvan a ser tan productivos como en sus años mozos, por eso te recomendamos que construyas tu discurso basándote en el de Steve Jobs.
Sabemos lo difícil que es estar frente a una audiencia, pues los nervios se apoderan de nuestra mente y cuerpo, lo que provoca ciertos tartamudeos y que se nos pueda olvidar todo lo que queríamos decir.
Los especialistas del portal Entrepreneur recomiendan que lo primero que debes hacer al dar un discurso es no memorizar todo y mucho menos leerlo. Esto se debe a que los mejores oradores y las frases célebres durante las conferencias surgen de manera espontánea.
Memorizar todo lo que tienes en mente te hace sentir seguro y profesional, pero los discursos más exitosos se basan en simples estructuras que contienen solamente las ideas principales. La improvisación ayuda a que el orador intensifique el tema y su monólogo, lo que hace más interesante y dinámica la charla.
Un discurso oral necesita crear un vínculo con su audiencia, pues de lo contrario el mensaje no está cumpliendo su tarea y esto sucede no solamente en los negocios y la política, sino también en nuestra vida cotidiana con familiares y amigos.
Steve Jobs y su discurso
La mente maestra detrás de Apple era un gran orador que sabía cómo transmitir su conocimiento a través de sus relatos personales que iban construyendo el rompecabezas de su vida que, a su vez, fue el que le ayudó a crear una de las marcas tecnológicas líderes del mercado.
Durante una graduación en la Universidad de Stanford, Jobs dio un discurso inolvidable del cual leyó algunos párrafos, pero casi siempre levantaba la cara para no perder el contacto con los rostros de la audiencia y en esos momentos improvisaba.
Estructura del discurso de Steve Jobs
Un experto en oratoria del portal Entrepreneur analizó la estructura que siguió Jobs y aseguró que su speech se construyó siguiendo cuatro pasos: relación, emoción, razón y acción.
El genio informático relacionaba diferentes temas mediante un anclaje emocional, lo que le daba mucho sabor a su discurso.
Este tipo de esquema no es el único que se usa en el arte de la retórica; de hecho, el orador organiza sus ideas dependiendo del tema, lo único que sí es imprescindible es que todo sea contado de una manera sencilla, lógica y memorable.
En vez de que lleves varias cuartillas en tu mano y de que con los nervios pierdas la enumeración de ellas y no sepas con cuál debes continuar, te recomendamos que solo te bases en un sencillo esquema que te permitirá flexibilidad e improvisación, lo cual hará que tu audiencia no cabecee.
Generalmente la gente tiende a dormirse cuando el tono de la voz es el mismo durante cierto tiempo y cuando el orador no se mueve, pues es casi como si les cantaras una canción de cuna.
Recordemos el discurso inolvidable del reverendo Martin Luther King Jr. que se considera una pieza retórica maestra.
En la plática ‘Yo tengo un sueño’ que dio el 2 de agosto de 1963 en Washington se tocaron temas bíblicos y políticos. Según Entrepreneur, este discurso fue revisado docenas de veces, pero a pesar de ser perfeccionado tantas ocasiones, Martin Luther King decidió improvisar y de estas pequeñas interrupciones en las que dejaba volar su imaginación salió la famosa frase ‘I have a dream’.
No estamos diciendo que tu audiencia deba recordar cada una de tus palabras, pero si dejas grabada en su memoria alguna de tus frases, se cumplió el objetivo, ya que el vínculo emocional que se establezca motivará a tus trabajadores para que retomen las riendas de su puesto y den lo mejor de sí mismos.
A continuación, te dejamos el discurso de Jobs:
Con información de El Diario de Finanzas, Entrepreneur y Freepik.
Portada: Freepik.
Interiores: Freepik y Giphy.
Video: YouTube.