Hay novedades en el frente del litio
¿Podrá América del Norte cambiar el mapa mundial del litio? La pregunta parece que sale de la boca de Lex Luthor, en un comic de Superman, pero está en el centro de la estrategia de Estados Unidos para ponerse a la cabeza de la industria de los autos eléctricos. Sus intenciones se anunciaron con la Ley para Reducir la Inflación: hay decenas de miles de millones de dólares para traer a Norteamérica la producción de semiconductores, autos eléctricos y una nueva generación de baterías. Se necesitará mucho dinero y otros aliados, porque el Tío Sam arrancó con unos años de retraso respecto a otros países. En este momento los líderes globales en la explotación del litio son China y Australia. En el continente americano podemos colocar a Chile.
En esta visión estadounidense, hay un lugar para México. De esto se habló en la cumbre de los Three Amigos y se sigue oyendo en los días posteriores. En Sonora se anunció esta semana una inversión de 80 millones de dólares para construir una fábrica de baterías de litio. El empresario que está al frente del proyecto es mexicano, Giovanni de Luna.
El gobernador Durazo también mencionó planes para formar capital humano a través de la colaboración binacional, con el estado de Arizona. No perder de vista que uno de los compromisos derivados de la cumbre es desarrollar un mapa actualizado de las reservas de litio con los que cuenta América del Norte.
Sonora es, por lo pronto, el territorio a observar en México. Ahí está la sede de LitioMex y las mayores reservas probadas de este mineral en nuestro país. Son aproximadamente 1.7 millones de toneladas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La cantidad más importante está en Badiraguachi y, por lo pronto, se trata de una concesión que está en manos de una empresa china, Ganfeng.
¿Qué pasará con Ganfeng en un futuro donde todo parece encaminado a la promoción del nearshoring y el friendshoring? Los chinos siguen en Badiraguachi y, aunque son discretos, ha trascendido que tienen planes de empezar su producción en 2023 y expandirse en 2024. Sus inversiones en Sonora están valoradas en 420 millones de dólares. Son las más cuantiosas en el mapa mexicano del litio.
No será fácil para Ganfeng expandirse en México, en este nuevo contexto geopolítico. El litio se ha convertido en un recurso estratégico y en un nuevo espacio para la confrontación entre el Dragón y el Tío Sam. Habrá preferencia para empresas de Estados Unidos y Canadá, se acordó en la Cumbre de los 3A. Podemos leer los documentos oficiales, pero también oír a Alfonso Durazo, que esta semana le dedicó un buen espacio de su agenda al litio.
Los acuerdos entre AMLO, Biden y Trudeau, sumados al Inflation Reduction Act permiten auguran una época de auge para la minería del litio en México y América del Norte. El papel de Canadá en el desarrollo de proyectos de litio en México podría ser muy relevante. Ellos aportan dos tercios de la inversión extranjera en minería en territorio mexicano y en el caso del litio, tienen algunas empresas que ya han empezado a trabajar aquí. Es el caso de Rockland y Silver Valley Metals.
Quizá no volveremos a escuchar a López Obrador emitir mensajes como el que hizo en mayo de 2022 cuando anunció la política nacional del litio. Fue un discurso en el que hubo guiños a Bolivia e incluso se habló de una alianza con el país andino para explotar este insumo clave en el futuro de la industria automotriz. Bolivia tiene las mayores reservas del mundo, pero no ha podido explotarlas. Ha quedado rezagado, respecto a vecinos como Chile y Argentina. De los bolivianos tenemos muchas cosas que aprender en materia de litio. La lección más importante, quizá, es lo que no se debe de hacer.