Solo el 5% de las empresas solicitan financiamiento a intermediarios no bancarios
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentaron la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN) 2021 un proyecto que tiene como objetivo recabar información estadística actualizada sobre las necesidades, fuentes y condiciones de acceso al financiamiento de las empresas privadas no financieras de México, así como el uso de los servicios financieros.
“El desarrollo del sistema financiero incide en el desempeño económico de un país a través de la inclusión financiera de las empresas por lo que facilitar que las empresas tengan acceso al financiamiento y otros productos y servicios financieros, en particular para aquellas de menor tamaño, en todas las etapas de ciclo de negocio es importante para que más empresas puedan iniciarse, desarrollarse, crecer y contribuir al desarrollo social”, indica la CNBV.
En los resultados presentados este año, la ENAFIN 2021 se ofrece información relevante sobre los factores inciden en el desarrollo económico de las empresas encuestadas, las cuales fueron en su mayoría empresas formales.
De las empresas representadas, el 50% están registradas bajo el régimen fiscal de personas físicas (37% actividad empresarial, 13% incorporación fiscal) y el 47% como personas morales (45% en régimen general, 2% con fines no lucrativos). Alrededor del 2% de las empresas reportaron no estar incorporadas a ningún régimen o ante alguna autoridad.
Con lo que respecta al financiamiento solicitado, la mayor parte de las empresas, sin importar su tamaño señalan que recurren a la banca comercial para realizar su primera solicitud de crédito (66%). Y una de cada cinco empresas que han solicitado, los proveedores fueron la primera fuente a la que recurrieron. Solo 5% de las empresas recurrieron a los intermediarios financieros no bancarios (IFNB), que incluyen a las Sofomes, Socaps, Sofipos y Uniones de Crédito, para su primera solicitud. El 4% de las empresas solicitó su primer financiamiento a programas de gobierno, siendo más común entre las microempresas.
Se indica que un elemento fundamental que podría estar limitando la inclusión financiera de estas empresas en particular es el limitado conocimiento que muestra sobre los sectores, las entidades, las autoridades y los productos que conforman la base del sistema financiero. Esto puede llevar a que las empresas no estén informadas de las diferentes alternativas que tienen para atender sus necesidades financieras, desconozcan las protecciones que tienen como usuarias de servicios financieros e ignoren los canales que tienen para levantar quejas y obtener soluciones ante problemas con estos.
Una forma sencilla de medir el conocimiento que tienen las empresas es a través de qué tanto reconocen a los integrantes del sistema financiero. La encuesta revela que entre las empresas del país, la banca comercial tiene reconocimiento general, mientras que otras entidades del sistema son notoriamente menos conocidas.
“Mientras que el 95% conoce a los bancos comerciales y más del 70% a las casas de bolsa, sólo la mitad señala que conoce a la banca de desarrollo. El conocimiento de intermediarios financieros no bancarios es aún menos extendido, siendo las entidades del sector de ahorro y crédito popular las que presentan un reconocimiento menor al 40% entre las empresas. Las entidades de financiamiento colectivo, o crowdfunding, son las menos conocidas, lo cual podría explicarse por el menor tiempo de operación de este sector en relación con sus contrapartes”.
Señalan que es claro que aún existen desafíos importantes a superar, particularmente para las micro, pequeñas y medianas empresas en México. Además, al considerar que las mipymes son la fuente de la mayor parte del empleo en casi todas las economías del mundo, es preocupante que éstas son las que sufren con mayor frecuencia de obstáculos y restricciones para acceder al financiamiento.
Así también, en el estudio se revela que alrededor del 16% de las empresas en el país no tiene una cuenta de depósito, y una proporción relevante de éstas respondió como posibles razones el desinterés en un 41% y el hecho de considerar no necesitarla en un 26 por ciento. Aunque esto puede sugerir que la exclusión voluntaria está jugando un papel relevante en la falta de una cuenta, las empresas reportaron con frecuencia factores diferentes a estos y sobre los cuáles es más factible incidir.
Finalmente uno de los cambios más significativos observados en relación con la encuesta que se presentó en 2017 es el incremento en el uso de los servicios bancarios digitales, lo que puede estar relacionado con la respuesta de las empresas a las restricciones a la actividad y otras afectaciones derivadas de la pandemia. La penetración de la banca por internet pasó de 40% de las empresas en 2017 a 61% en 2020. Un incremento mayor se observó en el uso de la banca móvil o por celular que se ubicó en 34%, un aumento de casi 30 puntos porcentuales (pp) en comparación con lo reportado en 2017. Este resultado es consistente con una mayor digitalización de las empresas, lo que se observa también en aspectos como los mecanismos de cobro y venta, y las estrategias de comercialización y promoción.