Ahora leyendo
El Colegio Nacional conmemora a Ruy Pérez Tamayo a un año de su muerte

El Colegio Nacional conmemora a Ruy Pérez Tamayo a un año de su muerte

Avatar
El Colegio Nacional conmemora a Ruy Pérez Tamayo a un año de su muerte

“De todos los fenómenos que pueden ocurrir en los seres vivos, la muerte es el más universal e inevitable, a estas dos propiedades se une otra, que tiene que ver más con nuestra estructura emocional y nuestra incapacidad para vivir en la incertidumbre, la muerte se considera como la puerta del más allá, el umbral de lo desconocido (…) Es por ello que el resultado es una enorme literatura romántica, autoritaria, dogmática, imaginaria, pero casi nunca relacionada con la realidad”. Así hablaba el doctor Ruy Pérez Tamayo cuando había que analizar este fenómeno inherente al ser humano.

Este lunes, a un año de su fallecimiento, El Colegio Nacional rindió homenaje al científico mexicano, que en todo momento compartió sus conocimientos, que dio innumerables cátedras y que marcó cientos de vidas positivamente.

“¡Don Ruy fue lo máximo!, si uno busca en cualquier lugar, sus atributos son infinitos y lo mejor, todos son verdad. ¿Que cómo era Ruy? Elegante, inteligente, agradable, culto, trabajador, generoso, multifacético y con un gran sentido del humor, me quedo corta”, asegura Julieta Fierro, invitada a este encuentro entre amigos y colegas.

Recordó que “Don Ruy” marcó criterios fundamentales para hacer divulgación de la ciencia y tuvo que ver con la creación de la Somedicyt o el Museo Universum, entre anécdotas y chistes terminó asegurando que el legado del doctor quedará para siempre y es incalculable.

Desde noviembre de 1980, Ruy Pérez Tamayo formó parte del Colegio Nacional, fueron 42 años en los que se tuvo la oportunidad de colaborar con este gran personaje, por ello era un homenaje casi obligado.

El doctor Julio Frenk fue el encargado de recordar su biografía “Estamos aquí para recordar a una de las grandes figuras de la medicina mexicana”, a sus escasos 32 años, en 1956 ya había fundado la Unidad de Patología del Hospital General, misma que revolucionó esta especialidad en nuestro país .

En 1974 fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, pero su fama rebasó su círculo profesional, pues se convirtió en un escritor, con sus artículos de divulgación de la ciencia y sus libros se abrió las puertas de círculos intelectuales y literarios de México.

Como científico estudió los mecanismos de formación de las fibras colágenas, lo cual avanzó el conocimiento fundamental sobre la cirrosis hepática y otras enfermedades, así como procesos de cicatrización. Estudio con dedicación la amebiasis y los mecanismos celulares que dan origen a sus características lesiones. “Su libro Mechanisms of Disease, es uno de los dos textos médicos escritos por un latinoamericano que forman parte de la bibliografía para los estudiantes de medicina en Estados Unidos”.

Fue además miembro destacado de numerosas sociedades médicas y científicas, nacionales e internacionales, su deseo compulsivo era una especie de enfermedad, lo mismo escribía en revistas médicas, literarias y de divulgación general, lo hacía de temas como la evolución del concepto de enfermedad, de la historia de la ciencia, el método científico, medicina asistencial, ética médica o la revolución francesa. Era su “incurable manía de escribir, cuyo síntoma principal, era el horror a la página en blanco”.

Un conversador fuera de serie, Adolfo Castañón lo recuerda: “Era un conversador fuera de serie capaz de decir verdades incómodas con la elegancia de un samurai”.

“Enriqueció el mundo en el que vivió”

En el evento para recordar a Pérez Tamayo se hizo un repaso de sus diferentes facetas, como divulgador, como científico, como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, del Colegio de Bioética y del mismo Colegio Nacional.

Destacó la participación del doctor Miguel Reyes-Mujica, discípulo de Pérez Tamayo. “El alud de presentes que recibí de este auténtico hombre universal fue enorme. Afirmo que sin esperar nada a cambio, me recibió en su vida con sencillez, afecto, alegría y generosidad”.

Como testigo privilegiado, cuenta que en su curso de patología no sólo se aprendía sobre el tema, también se impulsaba la curiosidad científica y se alimentaba la cultura general de los alumnos. “La vida en el laboratorio de investigación era muy estimulante pues aprendíamos constantemente sobre la ciencia relacionada con nuestro trabajo, pero también de elementos culturales”.

“Viajamos juntos por el mundo, compartiendo momentos en Brasil y España, Panamá y Nicaragua, Perú y múltiples lugares en México, escalamos pirámides, compartimos comidas y bebidas, intercambiábamos cientos de libros, conversábamos cada sábado por los últimos años hasta sólo dos semanas antes de su muerte”.

Y cómo no viajaría Reyes-Mujica desde Estados Unidos para este homenaje, si compartió su anécdota sobre la vez que en 2017, en ocasión de su discurso de aceptación como presidente de la Society for Pediatric Patology, el Dr. Pérez Tamayo viajó a sus 93 años sin compañía a San Antonio Texas para el acto, y no sólo eso, pues al finalizar el banquete, acompañado de un mariachi, el doctor “cantó ´México lindo y querido´, demostrando afecto y solidaridad a la comunidad mexicana”.

Concluyó diciendo que “Ruy enriqueció el mundo en el que vivió y lo hizo con inteligencia, dignidad, sobriedad y elegancia, nos mostró como una vida puede ser ejemplar, valiosa, productiva y feliz, su ejemplo queda para las generaciones que le siguen y si alguien lo emula, no se arrepentirá. Se qué no es fácil, pero como él mismo decía: ´Lo difícil solo cuesta más trabajo´”.

Al término de la conmemoración, la académica María Isabel Pérez Montfort, hija del doctor Ruy Pérez Tamayo, develó el retrato del colegiado, obra del pintor Alberto Castro Leñero.

[email protected]

Enlace a la fuente