¿Cómo cultivar la competitividad empresarial y personal?
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El nivel de competitividad empresarial puede determinar el éxito o fracaso de un negocio. Conoce las estrategias que puedes aplicar
En el ámbito empresarial, la competitividad es muy importante. De esto depende alcanzar y permanecer en el entorno socioeconómico.
Debido a lo anterior, no solo tiene un papel relevante en el sector. También es el indicador de prosperidad de un país.
Algunos consideran que ser competitivo a nivel personal no siempre es algo positivo. Sin embargo, tiene grandes beneficios. Por ejemplo, puede motivar a ser mejor, buscar objetivos más ambiciosos, exigir más y procurar mejorar el propio rendimiento.
Dichas características son las que precisamente distinguen a las empresas competitivas. Por ello, ambos van de la mano.
Antes de decirte cómo cultivar la competitividad, aclararemos unos puntos importantes.
¿Qué es la competitividad empresarial?
Una empresa se considera competitiva cuando cuenta con herramientas que representan una ventaja frente a la competencia.
Para obtener mayores beneficios, las compañías buscan aumentar su participación en el mercado. El objetivo principal es atraer a más consumidores.
¿Cómo lo hacen? Las empresas ofrecen tres aspectos importantes:
- Innovación
- Precios atractivos
- Productos de calidad
Estos tres puntos están ligados a un factor imprescindible: la comparación.
A nivel personal una persona puede cotejar sus habilidades con las de otra. En la competitividad empresarial sucede lo mismo.
Ofrecer lo mejor, lo más nuevo y al mejor precio es importante para determinar el éxito de una empresa.
Sin embargo, esto puede dar cabida a prácticas monopólicas. Así como sucede a nivel personal, las compañías también pueden crear barreras para sus competidores.
Por ello, en México existe la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Este organismo vigila, regula promueve y garantiza que no se lleven a cabo prácticas desleales en el sector empresarial.
En este video también podrás profundizar en este concepto:
Tipos de competitividad empresarial
Competitividad Sistémica
Implica una relación entre actores del mercado. Estos pueden generar beneficios a nivel nacional o internacional.
No solo se centran en la eficacia de las empresas, sino también en la coordinación de las personas que la integran. Para ello se reconocen los siguientes niveles:
- Micro
- Meso
- Macro
- Meta
Competitividad estática
Se basa en la competencia de precios. Sin embargo, no es suficiente en un ambiente en que la oferta iguala o incluso superar a la demanda.
Competitividad dinámica
Busca la innovación a través de:
- Marketing
- Servicio al cliente
- Recursos humanos
- Management
Competitividad espuria (falsa)
- Deja ganancias rápidamente, pero no se mantienen
- Su rentabilidad es efímera
Competitividad auténtica
- Es de carácter estructural
- Se apoya en los progresos tecnológicos
- Encuentra apoyo a nivel institucional
Características de una empresa competitiva
Las empresas competitivas cuentan con herramientas que les dan ventajas frente a otras compañías. Estas se distinguen por lo siguiente:
Son únicas: la innovación y la creatividad son clave. Tu empresa debe ofrecer algo que sus similares no tengan. Esto es similar al valor agregado.
Difíciles de imitar: al menos a corto plazo tus competidores no deben poder igualarte. Si logras esto, cuando te hayan copiado (porque lo harán) tu empresa ya habrá puesto en marcha otra estrategia.
Son sustentables: tus ventajas deben poder mantenerse por largo tiempo. El proceso de desarrollo de una ventaja competitiva debe ser muy cuidadoso. De esta manera, evitarás que sea superada en poco tiempo.
Apple, ejemplo de competitividad
Al hablar de competitividad empresarial no se puede pasar por alto al gigante Apple.
Esta compañía comenzó en el garaje de una familia estadounidense de clase media a mediados de la década de los 70.
Actualmente, Apple es la marca con el estándar más alto de calidad del mercado de dispositivos electrónicos.
Esta firma se ha diferenciado gracias a sus ventajas competitivas. Ha procurado estar a la vanguardia en el diseño y eficacia de sus productos.
En 2020, Apple alcanzó un valor total de 2 billones de dólares. Esto la posicionó como la primera empresa en la Unión Americana en alcanzar ese hito.
Además, los consumidores de esta firma no solo buscan resolver sus necesidades. Poseer uno de los dispositivos representa estilo, pero sobre todo, exclusividad.
¿Cómo desarrollar la competitividad empresarial?
Para cultivar la competitividad empresarial necesitas enfocarte en las empresas de tu sector:
Analiza las fortalezas y debilidades de tus competidores: esto te permitirá crear un producto o servicio diferente y que te ayude a diferenciarte.
Fija precios atractivos y sustentables: fijar un coste por debajo de otras empresas no siempre es una ventaja. Recuerda que la rentabilidad depende de la demanda. Si esta es baja, no podrás mantener tus precios y podrías terminar en serios aprietos.
No imites: por más buena que sea una de las estrategias de la competencia, crear tu propia identidad es importante. Los consumidores no quieren más de lo mismo, sino algo mejor y más efectivo.
Lo anterior también trae beneficios financieros. Si ofreces algo que no se puede encontrar en ningún otro lugar, tus clientes no se fijarán en el precio.
Desarrolla tu competitividad y la de tu personal: el funcionamiento de una empresa depende de sus integrantes.
¿Cómo cultivar la competitividad personal?
Metas: establece objetivos concretos, realistas y que dependan solo de ti.
Expectativas ajustables: cada individuo tiene su propio ritmo de trabajo. Algunas actividades son más fáciles para unos que para otros.
No crees tus propias barreras: deja los miedos atrás y ponte a prueba cuando creas que no puedes hacer algo.
Aceptar limitaciones: sin importar los esfuerzos, no siempre se puede ser bueno en todo. Esto no representa una debilidad, solo fortalezas diferentes.
Acepta el fracaso: los errores son inevitables, tanto a nivel personal como profesional y empresarial. Las fallas deben servir para mejorar.
Ajusta tus exigencias: los objetivos deben ser realistas y flexibles ante las circunstancias para que puedan cumplirse.
Busca comparaciones positivas: a nivel personal y empresarial no se deben buscar defectos, sino formas de sobresalir. Que otra persona o negocio sea mejor que el tuyo no te resta valor.
Relativiza el valor de los resultados: así como los fracasos no definen quién eres, ganar no cambia el hecho de que debes seguir buscando ser mejor.
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