¿Qué recomienda Carstens a los bancos ante la crisis económica por la COVID-19?
El exgobernador del Banco de México (Banxico) y actual gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), Agustín Carstens, mostró preocupación por las afectaciones económicas que dejará la pandemia de COVID-19 y recomendó a los bancos utilizar sus fondos para apoyar a las compañías que los necesiten.
Así lo sostuvo el economista mexicano en una carta publicada por Financial Times el domingo pasado, en donde agregó que los bancos centrales tienen que dotar de liquidez a los individuos y a las empresas en aras de impedir que las economías colapsen durante la crisis sanitaria.
“Ha llegado el momento de utilizar los colchones que las entidades acumularon en sus balances en los buenos tiempos. Para aumentar aún más la capacidad de préstamo, necesitamos que globalmente se suspenda la distribución de dividendos y las recompras de acciones de los bancos”.
Carstens apuntó que ante esta pandemia, los bancos tienen que otorgar préstamos que sirvan como ‘salvavidas’ a las empresas que se están asfixiando por la ausencia de ingresos que provocó la paralización de todas las actividades productivas.
Por lo anterior, subrayó que se necesitan crear nuevas estrategias y soluciones más ‘urgentes’ que las que se llevaron a cabo durante la crisis financiera global de 2008 provocada por la explosión repentina de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2006.
“Las reglas establecidas después del colapso de 2008 fueron diseñadas para evitar que los bancos se excedan, pero la preocupación ahora es que no están otorgando préstamos cuando los mercados de capitales se han cerrado de golpe para muchas empresas”.
En cuanto a la capacidad de préstamo, Carstens dijo que es necesario congelar a nivel mundial los dividendos bancarios y comenzar la recompra de acciones en aras de aumentarla. Además, dijo que se tenía que abrir un mecanismo para otorgar los recursos en el que se analicen los riesgos implicados en estos esquemas.
Señaló que los gobiernos tendrían que compartir estos riesgos con los bancos centrales para poder proporcionar oxígeno a las pequeñas y medianas empresas.
Carstens dijo que los recursos tendrían que ser equivalentes a la cantidad de impuestos que cada compañía pagó el año pasado pero, apuntó, solo las empresas que demuestren su rentabilidad podrían acceder a dichos préstamos con el objetivo de impedir caer en actos de corrupción.
Con información de Forbes, Infobae, El Economista, Milenio, Expansión y El Financiero
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