FMI vuelve a recortar pronóstico de crecimiento para México en 2019

La economía en México ha enfrentado numerosos problemas a lo largo del año, y el panorama para al cierre de este 2019 no mejora o al menos es lo que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI), que este viernes emitió un nuevo mensaje en el que precisó que se espera un menor pronóstico de crecimiento para la economía nacional en medio de un aumento de presiones fiscales.

De acuerdo con lo referido por el diario Expansión Política, en el informe del FMI se puede observar lo siguiente:

“El crecimiento ha disminuido drásticamente y las presiones fiscales están aumentando. Han surgido presiones fiscales en el contexto de nuevas prioridades políticas y un compromiso de no aumentar los impuestos durante la primera mitad del mandato de la administración”.

Pese a que el pronóstico sobre el crecimiento no es el mejor, la dependencia refirió que el compromiso de las autoridades es ‘tranquilizador’ para hacer frente a este revés que enfrenta la economía nacional, y aseveró que el desafío concreto es crear condiciones para un crecimiento fuerte, sostenido e inclusivo, todo mientras se mantiene la estabilidad macroeconómica.

Por otro lado, el FMI prevé que para 2020 habrá una recuperación ‘modesta’ a una tasa de 1.3 por ciento en la demanda interna, todo mientras la incertidumbre disminuya y las condiciones monetarias desciendan más.

Lo cierto es que hasta el momento el balance de riesgos sigue representando una baja. En lo externo: un crecimiento global más débil del previsto, volatilidad en mercados financieros globales, y la continua incertidumbre sobre la relación comercial de México con Estados Unidos.

Asimismo, en lo interno existe: un crecimiento a mediano plazo menor, que los inversionistas reconsideren la calidad crediticia de México si el gobierno debilita su compromiso con la prudencia fiscal, instituciones sólidas y un entorno empresarial favorable.

Finalmente, el Fondo Monetario Internacional recomendó este viernes a México reconsiderar su postura de limitar la cooperación de las empresas privadas con la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), pues todo el peso de la estabilización financiera de la petrolera altamente endeudada recae solo en el Gobierno.