Inclusión financiera: ¿tienen las mexicanas acceso a este derecho en México?
El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar sobre los logros y el progreso de las mujeres en el mundo, pero también para abordar temas que se centren en el trabajo que queda aún por hacer para acercarnos más a la igualdad de género.
Uno de estos asuntos es la inclusión financiera, pues las mujeres no han podido ponerse al tú por tú con los hombres en este aspecto, lo cual podría ser atribuido a otro problema que no se ha erradicado a pesar de los progresos en materia de género: la brecha salarial, que impide a las trabajadoras contar con los mismos servicios a los que tienen acceso los trabajadores.
¿Qué es la inclusión financiera?
La inclusión financiera hace referencia a la capacidad que tienen las personas para entrar al sistema financiero y de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), las mujeres están en desigualdad con sus contrapartes, pues es más difícil para ellas acceder a estos servicios.
“La desigualdad de oportunidades que implica la brecha de género se extiende a la capacidad de acceso de las mujeres al sistema financiero, lo que, aunado a las características del comportamiento que tienen las mujeres con respecto al manejo de sus finanzas, les hace ser más vulnerables que los hombres en materia de su economía”.
¿Cómo se explica esta desventaja?
Las mujeres participan menos en el mercado laboral debido a una serie de factores sociales como la deserción escolar, la discriminación y los trabajos del cuidado y domésticos no remunerados que se les han asignado solo a las mujeres por razones ideológicas.
Por lo anterior, las mujeres cuentan con menos recursos económicos que los hombres para invertir, ahorrar o arrancar emprendimientos productivos, que faciliten su entrada a la formalidad y, con ello, a los servicios que otorgan las instituciones bancarias.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las mujeres tienen menos oportunidades profesionales, se enfrentan a más obstáculos para realizar trabajos remunerados y ganan en promedio catorce por ciento menos que los hombres. Además, es más probable para ellas ser parte de grupos vulnerables en lo que toca a la inserción laboral.
Debido a los factores negativos en el desarrollo económico de las carteras femeninas, el CEEY subraya que es necesario seguir impulsando la educación financiera de las mujeres, especialmente una enfocada a sus necesidades particulares.
Se estima que una educación financiera enfocada en las desventajas y las vulnerabilidades de las mujeres en el trabajo, así como en su economía, podría crear buenos hábitos sobre el manejo del dinero, mismos que se heredarían a los hijos.
¿Por qué no están ahorrando las mujeres?
Según el noveno Reporte Nacional de Inclusión Financiera, al cierre de 2017, menos del 40 por ciento de las cuentas de ahorro para el retiro eran de trabajadoras.
Lo anterior puede deberse a que las mujeres viven más que los hombres, pero, en promedio, tienen vidas laborales más cortas, lo que termina perjudicando su capacidad de ahorro para el retiro.
La falta de recursos financieros para la vejez termina agravando la salud de las mujeres como consecuencia del denominado ‘estrés financiero’, una enfermedad que padecen más las féminas que los varones.
El CEYY apunta que ahora más que nunca se necesita que las políticas públicas apoyen la inclusión financiera de las mujeres en aras de impulsar la movilidad social en México, ya que las mujeres tienen un rol relevante en el establecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas.
¿Qué tipo de obstáculos enfrentan las mujeres para acceder a productos financieros?
Leticia Armenta, economista del Tecnológico de Monterrey, señaló que uno de los obstáculos que enfrentan las mujeres con mayor asiduidad al momento de buscar productos bancarios es el lenguaje en el que estos se presentan.
Por lo anterior, explicó, en el mismo tono que el CEYY, que es necesario impulsar la educación sobre aspectos financieros que capaciten a las mujeres a acercarse con mayor facilidad a este tipo de productos.
“Tendría que profundizarse el tema de la educación; muchas veces todos los aspectos financieros se vuelven lejanos a la población, porque el lenguaje financiero no es accesible”.
Asimismo, señaló que la confianza en las instituciones financieras es otro factor a tener en mente a la hora de abordar los obstáculos del sector.
“Hay personas que, a pesar de tener ciertos grados de educación, aún así no tienen la confianza de mantener sus recursos en las instituciones bancarias, de tal manera que prefieren hacer uso del efectivo”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, que entrevistó a 41 millones 551 mil 432 mujeres, el 34 por ciento no tiene ningún tipo de producto financiero.
Asimismo, solo el 23.9 por ciento tiene acceso a la banca móvil de alguna institución financiera, mientras que el 58 por ciento lleva un presupuesto mental de sus entradas y salidas de capital, en lugar de utilizar apps, computadoras o papel.
Con información de El Economista, Ceey.org.mx, Oecd.org y El Diario de Finanzas
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