¡Tripa de animal y lino! Así lucían los preservativos en la antigüedad
¿Lo creerías? Usar preservativos para evitar el contagio de enfermedades o un embarazo durante las relaciones sexuales no es una práctica de la actualidad pues desde hace algunos siglos, estos artículos eran empleados hasta como accesorios decorativos.
En este escenario, se entiende que el condón más antiguo fue encontrado en la tumba del faraón egipcio Tutankamon, que además habría sido creado hace unos 3 mil 500 años y que se encuentra para exposición del público en el Museo del Cairo.
Lo que queda en duda es si la función de este preservativo era específicamente para evitar embarazos en la época, pues en aquel entonces la civilización adoraba al dios de la reproducción.
Incluso, se señala que al menos desde el año 1000 a.C. en Egipto, se solían usar fundas de tela sobre el pene; en tanto que en la leyenda del rey Minos, se hace referencia a que se utilizaban vejigas natatorias de pescado o de cabra para retener el semen.
Otros registros indican que el primer condón con fines anticonceptivos fue creado por Lord Condom, supuesto médico de Carlos II de Inglaterra, quien a mediados del siglo XVII inventó el preservativo para evitar que el monarca siguiera engendrando.
Por otra parte, un documento médico de 1564 refiere que los condones eran una pieza de lino que se adaptaba como una caperuza al glande de los hombres antes de tener relaciones sexuales, hecho que los protegía de contraer sífilis.
Estos preservativos que evitaron el contagio de dicha enfermedad, estaban hechos con tripas de cordero o cerdo engrasadas, un material elástico y suave, así como un cordel para fruncirlo al pene.
Asimismo, se dio a conocer que estos condones de tripa eran fabricados a mano, por lo cual su precio podía ser muy elevado ya que la idea era utilizarlos varias veces; tal fue su duración que hasta el momento no se sabe cómo es que se conservaron hasta ser hallados mucho tiempo después.
Un ejemplar de este condón fue encontrado en Lund, Suiza, el cual estaba acompañado de un manual de instrucciones en latín donde se aconsejaba a la persona que lo fuera a utilizar que lo sumergiera en leche templada para prevenir enfermedades.
En un inicio, este artículo se confundió con papel, hasta que los expertos se percataron de que se trataba de un condón antiguo cuya reutilización era posible siempre y cuando se mojara en leche para ablandar su aspereza; luego de usarlo se tenía que desinfectar con agua tibia y posteriormente lo llenaban con polvo tipo talco para su preservación.
Para el caso de los chinos, los condones los elaboraban con papel de arroz aceite o encerado, mientras que los japoneses usaban fundas fálicas hechas con caparazones de tortugas, asta o cuero.
Posteriormente, fue durante el siglo XIX cuando se utilizó la goma vulcanizada para fabricar condones, hecho que cambió cuando se descubrió que de la savia de un árbol se podía producir látex, material que fue aprovechado para crear una nueva generación de preservativos de manos de Merle Leland Youngs.
Con este tipo de innovaciones, los condones se fueron acoplando a las distintas costumbres sociales, pero sobre todo a las necesidades sexuales y sanitarias de las personas, quienes buscan cumplir sus fantasías sin temor a contraer alguna enfermedad.
No obstante, para cumplir con las expectativas, las empresas siguen ofreciendo diversos tipos de condones al público, lo que ha hecho que se vendan cerca de 150 millones de preservativos cada año tan solo en México, lo que equivale a 3 mil 400 millones de pesos.
Con estas cifras, se entiende que a partir de 2018, las ventas de condones incrementaron hasta un ocho por ciento, lo que significaría que el consumo per cápita fue de 4.4 preservativos en el país.
En este contexto, el potencial de crecimiento en el mercado mexicano apunta a que en los próximos tres o cuatro años se alcanzaría una venta de hasta 240 millones de condones y para lograr la meta, el país tendría que seguir trabajando en la industria para incentivar el mayor uso de estos artículos, pues existen otros métodos anticonceptivos que podrían disminuir las ventas como las pastillas, las inyecciones o los parches.
Con información de Scielo, rtve, Cultura Colectiva y El Universal
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