Ahmed Mubarak: el árabe que regaló una casa al niño que estudiaba en la calle
El empresario árabe Yaqoob Yusuf Ahmed Mubarak viajó 14 mil 891 kilómetros para visitar al niño Víctor Angulo, al verse conmovido por el video en el que aparece haciendo su tarea bajo la luz de un poste en el distrito de Moche, en Trujillo, Perú.
El joven, de 31 años, es el tercero de cinco hermanos, estudió para ser piloto de aviación y también derecho en la universidad de Kuwait, pero no concluyó las carreras. Ahora es dueño de una exclusiva tienda de chocolates y dulces, llamada London Store, que importa productos de diversas partes del mundo.
A pesar de la gran fortuna que posee, su vida ha tenido momentos amargos, pues a sufrido carencias afectivas.
El empresario le contó a diversos medios peruanos que en su familia ‘cada quien se ocupaba de lo suyo’ y por ello se sentía abandonado. Eso lo llevó a una depresión en su niñez, que lo hizo pensar en el suicidio. No obstante, dijo haberlo superado a través de la religión musulmana y luego ayudando a otros niños a tener una mejor vida.
La labor filantrópica de Yaqoob inició en 2015, en Tailandia. Una noche en la ciudad de Phuket, el empresario se acercó a una mujer sentada con su hijo en la acera y le entregó todo lo que tenía en su bolsillo, que eran solo el equivalente a 600 pesos mexicanos, pues no había sistema en el banco.
Al regresar al hotel se percató de que había olvidado el celular en un puesto de comida que estaba en el mismo sitio donde ayudó a la mujer. Cuando llegó, la dueña le entregó su teléfono y Yaqoob vio una imagen que lo conmovió: la mujer a la que había ayudado minutos antes le compraba dulces a su bebé.
“Fue impresionante ver sus caras de felicidad, me sentí emocionado de haber logrado eso. Me fui llorando a mi hotel y pensaba que eso no podía quedar así”.
Al día siguiente la buscó y se encargó de darles un techo y asistencia. Hasta el día de hoy, el empresario se comunica con esa mujer a través de videollamadas.
Al regresar a su país obtuvo un buen contrato y sintió que Alá lo había recompensado y, al mismo tiempo, le encomendaba una misión: ayudar al prójimo.
Desde entonces ha ayudado a niños de su país, así como de Egipto, Siria, Irak, Londres, México y Perú, donde el pasado 20 de mayo conoció a Víctor.
Recientemente, Ahmed Mubarak regresó a Perú para iniciar con la construcción de la casa de Víctor Angulo y gestionar la implementación de una sala de computo en el centro educativo del pequeño.
Pese a que el joven filántropo había planeado retornar al Perú dentro de algunos meses, adelantó su viaje para cumplir con todo lo prometido en el menor tiempo posible.
“La semana pasada estuvimos aquí y conocí a Víctor, quien me hizo sentir orgulloso. (…) y dijimos, vamos a regresar para cumplir las promesas que le hicimos a Víctor y a su escuela. La razón por la que estoy aquí hoy es él”.
Con información de Andina Radio y El Imparcial
Foto: La Soltería y La Verdad