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Diane von Fürstenberg: la creadora del wrap dress, la prenda que cambió la moda

Diane von Fürstenberg: la creadora del wrap dress, la prenda que cambió la moda

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Diane von Fürstenberg es una famosa diseñadora de moda que nació el 31 de diciembre de 1946 en Bruselas. Con el paso del tiempo fue adquiriendo mucha fama debido a que es la creadora de los vestidos de corte cruzado (wrap dress).

Diane creció en el seno de una familia judía de clase media-alta. Su padre, Leon Halfin, de nacionalidad rusa, pasó la Segunda Guerra Mundial en Suiza y su madre Liliane Nahmias, originaria de Grecia, fue una sobreviviente del Holocausto.

Cuando Diane tenía 12 años, fue enviada a un internado. Tres años después, ingresó al colegio Oxfordshire. En 1965, viajó a Madrid para aprender español. De vuelta en Suiza comenzó sus estudios de economía en la Universidad de Ginebra; durante ese tiempo conoció a Egon von Fürstenberg, hijo mayor de un príncipe de Alemania.

La pareja se casó en 1969. Del fruto de su amor nació un niño a quien le pusieron por nombre Alexandre y, posteriormente, llegó a este mundo, Tatiana. Ambos fueron criados en Estados Unidos.

Diane von Fürstenberg siempre tuvo la intención de ganar su propio dinero y demostrarse a sí misma su capacidad como mujer independiente y trabajadora. En 1970, ganaba aproximadamente 30 mil dólares, con el que dinero empezó a diseñar diversas prendas para las féminas. Tiempo después, su marido también se convirtió en confeccionista.

A partir de ese momento, la pareja se volvió un fiel reflejo de la elegancia y distinción. Su exótico estilo de vida se alternaba con las fiestas y galas a las que asistían desde Salvador Dalí hasta los Duques de Windsor.

Diane y su esposo aparecieron en la portada de la revista New York Magazine bajo el titular: La pareja que lo tiene todo. ¿Es acaso todo suficiente?

El matrimonio de los Fürstenberg no fue muy bien visto debido a la religión de la novia. Al contraer nupcias, Diane se convirtió oficialmente en princesa, pero al término de la relación, ese título le fue revocado.

Tras la separación, Diane se casó con el magnate en comunicaciones Barry Diller, con quien ya había sido relacionada sentimentalmente desde los años 70, por lo que adquirió la nacionalidad estadounidense.

Tiempo después, Diane comenzó a ganar más popularidad debido a la creación del vestido de corte cruzado, mejor conocido en la industria como wrap dress y, poco a poco, fue aceptado por diversas mujeres.

Actualmente, uno de esos primeros vestidos está en el Museo de Arte Metropolitano en Nueva York. Puede ser contemplado en el Costume Institute.​ La prenda fue introducida en el mercado de la moda de forma casual. Ese mismo año fue invitada a participar en la semana de la moda de Nueva York, donde el wrap dress apareció por primera vez en la pasarela.

Dentro del negocio de moda de Fürstenberg, también se puede encontrar una línea de cosméticos y accesorios. En 1975, puso a la venta la fragancia Tatiana, llamada así en honor a su hija.

Además, con el objetivo de hacer crecer su empresa registró su nombre y sus iniciales. A partir de ese instante, sacó a la venta nuevos productos, como bolsos y gafas de sol. Al siguiente año, la cifra de demanda de su vestido de marca ascendió a 5 millones de artículos.

Para 1983, firmó un contrato con el grupo farmacéutico británico Beecham Group Ltd. El éxito de la compañía y la expansión de su negocio le reportó durante cuatro años un puesto en el Top 10 de las mejores empresas dirigidas por mujeres en Estados Unidos.

En 1985, Fürstenberg decidió mudarse a París, Francia. A finales de los años 80 se dio a conocer que los productos de la línea DVF obtuvieron un beneficio de más de mil millones de dólares. Tras cinco años en esa ciudad y con su firma en pleno auge, Fürstenberg volvió a Estados Unidos.

En 1993, tras la muerte del artista estadounidense Lowell Nesbitt, Fürstenberg compró su estudio y residencia en el 389 West 12th Street. La casa, antes de su reforma, solía funcionar como establo para los caballos de la Policía neoyorquina, de ahí su gran extensión.

El lugar se convirtió en los años 70 y 80 en un lugar de reunión, en el que además de diferentes salas se podía disfrutar de una piscina interior, un ático y grandes ventanales. Por este edificio, denominado por su antiguo dueño como The Old Stable pasaron grandes celebridades y figuras del arte como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Robert Indiana, Jasper Johns, Robert Motherwell, Larry Rivers y James Rosenquist.

El edificio fue utilizado por Fürstenberg como estudio de trabajo y residencia hasta que a principios del año 2000 fue demolido. Posteriormente, se construyó un inmueble más moderno y de mayor altura.

Actualmente, Diane von Fürstenberg trabaja en el DVF Studio situado en el 874 de la calle Washington, en Nueva York, donde su labor se centra en la creación de líneas de ropa high-end, es decir, de precios elevados y en venta tan solo en lugares selectos como Bergdorf Goodman, Nordstrom, Saks Fifth Avenue, y Neiman Marcus.

En 1997, volvió al mercado de la moda de forma más activa, poniendo a la venta su línea de alta costura.

En 2005, la Council of Fashion Designers of America (CFDA) otorgó un galardón a Fürstenberg en reconocimiento a todos los logros en su carrera como diseñadora. Al año siguiente, fue nombrada presidenta de la CFDA.​

Otros proyectos realizados durante este periodo fueron la creación de un diseño de teléfono móvil para la marca T-Mobile, y la aparición como jurado en varios episodios del programa estadounidense Project Runway.

Tanto en su trabajo como en su vida personal utiliza en su apellido ‘von’, en vez de ‘zu’, menos fuera de Europa. Otro detalle anecdótico sobre su nombre es que normalmente en campañas publicitarias y logotipos suele aparecer sin diéresis, a pesar de que en el comienzo de su carrera siempre estuvo incluida.

En diversas entrevistas, Diane se describe de la siguiente manera:

“Soy una mujer muy grande. Y he tenido una vida muy, muy plena. Muy plena. Debería tener el doble de mi edad. Tengo mucha experiencia. Soy muy analítica. Tengo una relación muy buena conmigo misma. Y si tienes una buena relación contigo mismo, debes ser crítico, debes ser duro y alentador al mismo tiempo”.

Con información de Forbes, El Universal y El Financiero

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