Conseguir CBD legal es difícil y caro en México; el ilegal es más fácil
En México hoy están demasiado disponibles una gama amplia de productos con sustancias derivadas de la mariguana o cannabis. El CBD y THC se ofrecen en internet para todo tipo de dolencias: dolor, insomnio, mareos, vómito, convulsiones, ´azúcar alta´, temblores, mala memoria, cefalea, estrés, etcétera. Se venden en forma de aceites, tinturas, gomitas, pomadas o en cápsulas.
Es todo un mercado negro detonado en medio de lagunas legales y una absoluta falta de voluntad política para regularizarlo. Pese a que desde 2017 se aprobó el uso medicinal del cannabis en México, no ha podido funcionar la regulación que permita la investigación científica para ir rumbo al desarrollo de medicamentos con evidencia.
La situación fue ampliamente expuesta en el Foro legislativo “Uso medicinal del #Cannabis. Avances y retos en Legislación y política pública en México”. El evento fue convocado por el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba y el presidente de la Comisión legislativa de Salud, Emmanuel Reyes, apoyados por CG&A.
El único representante del Poder Ejecutivo fue el director de Senasica, David Soriano. Los demás involucrados, las secretarías de Salud – Cofepris-, Agricultura, Economía y Hacienda, hicieron vacío una vez más. Evidenciaron su desinterés por el absurdo en torno al consumo de sustancias derivadas de cannabis con potencial beneficio médico.
Por un lado, no hay forma de importarla legalmente porque la Secretaría de Economía no le ha definido una fracción arancelaria dejando en el aire el cumplimiento del reglamento emitido por la Secretaría de Salud para el uso terapéutico de cannabinoides. (Sería buen momento de que la secretaria Raquel Buenrostro se ponga de acuerdo con su predecesor en el SAT para resolver esto de una vez por todas).
Por otro lado, la opción de los amparos emitidos por jueces es lo que rige y ha detonado todo ese mercado caótico que lo único que causa es un riesgo sanitario por consumo de productos de uso terapéutico sin control. Ya se ha sabido de casos de intoxicación sin que nada pase. Y aparte, ¿cómo están entrando tantos productos extranjeros que obviamente no están pagando impuestos ni aranceles en aduanas? Al SAT debería preocuparle esa evasión de impuestos, ¿o no?
En el foro hablaron médicos, abogados, científicos y hubo testimonios de cuidadores con pocas opciones para conseguir el cannabis para sus pacientes: el autocultivo, autogestionar sus productos o la compra ilegal. Están en una zona gris donde quedan expuestos a estafadores que venden productos de dudosa calidad o en la raya de caer en delito e ir a la cárcel. Hicieron un llamado a la autoridad sanitaria a liberar de una vez por todas la investigación del uso medicinal.
El reglamento que debería regir es letra muerta porque no se ejerce, de poco sirve al paciente o al médico. Falta un andamiaje que garantice el desarrollo en México de productos con cannabinoides seguros y de calidad. Se necesita para ello hacer protocolos de investigación ética, guías de práctica y educación sobre el cannabis.
En el mundo ya hay mucha información sobre el uso medicinal de sustancias cannábicas. Cada día salen de 2 a 3 artículos científicos sobre ello, pero de México ninguno porque las autoridades económicas y sanitarias simplemente tienen paralizado todo ese ánimo por invertir y esa capacidad que sin duda en México se podría detonar para investigar el potencial médico en torno a las sustancias de la mariguana. Se echa por la borda la capacidad técnica y competitiva que México podría tener en este terreno y ser líder a nivel continental. Por adelante ya van Uruguay, Colombia, Argentina y no se diga Canadá y Estados Unidos.
Al ritmo que vamos, triste será que México pierda esa oportunidad de ser un gran competidor en el nuevo mercado de cannabis donde otros países con menos prejuicios y con más visión ya van tomando la delantera.