Coronavirus cambiaría presupuesto de países en gasto mundial de armas
Las circunstancias sanitarias en las que se ha visto envuelto el mundo ponen en evidencia que la respuesta pandémica no viene solo del médico, la enfermera y el científico, sino también del soldado.
La intervención del Ejército en la construcción de hospitales, así como en la búsqueda de una vacuna, exhibe la importancia que ha tenido esta institución ante la contingencia. Y aunque este no es el negocio habitual, las Fuerzas Armadas deben sumarse para justificar el presupuesto asignado.
Los países con mayor gasto militar del mundo
De acuerdo con un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, el gasto militar mundial en 2019 fue de 1.9 billones de dólares, incrementando 3.6 por ciento y convirtiéndose en el más alto en tres décadas. No obstante, a medida que la economía se desploma y la deuda se acumula, las armas podrían perder su atractivo.
El gasto militar mundial se desplomó luego de que concluyera la Guerra Fría, alcanzando un mínimo de aproximadamente 1 billón de dólares a finales de la década de 1990. No obstante, este consumo se disparó desde 2000 con las intervenciones bélicas de Estados Unidos y la creciente economía de China. Tras una pequeña caída, las compras de la milicia han ido aumentando desde 2015.
Estados Unidos se posiciona como el país que más gastos militares efectúa. Tan solo en 2019, el desembolso de esta nación creció 5.3 por ciento para realizar una inversión de 732 mil millones, casi dos quintos del total mundial. Este aumento equivale a la suma anual que Alemania destinó ese mismo año.
China, el segundo lugar en inversión militar, aumentó el gasto 5.1 por ciento para asignar 261 mil millones a este mercado, es decir, poco más de un tercio del total de Estados Unidos.
En comparación con estos dos países, los demás están rezagados. India tiene el tercer puesto con un gasto de 71.1 mil millones de dólares, seguida de Rusia con 65.1 y Arabia Saudita con 61.9.
Ningún país de Europa occidental se encuentra en los primeros lugares. Gran Bretaña, Francia y Alemania, naciones que alguna vez estuvieron entre los primeros cinco, gastaron en promedio 50 mil millones de dólares.
Sin embargo, los países europeos en frontera con Rusia presentan un aumento del 14 por ciento, impulsado por el gasto libre de Polonia. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sus estados miembros –menos Estados Unidos- gastaron 303 mil millones el año pasado.
El vertiginoso crecimiento de China ha impulsado la inversión en defensa de Asia, los sistemas de control de armas están siendo superados y los ejercicios militares continúan realizándose en el golfo Pérsico. Es probable que todo siga así, pero un nuevo enemigo podría cambiar esto pronto: el coronavirus.
La crisis como reconfiguración en el mercado de armas
Uno de los síntomas más graves como efecto de la pandemia de COVID-19 es el derrumbe en los precios del petróleo. Aunque Arabia Saudita logre un acuerdo entre productores para reducir las retenciones de producción, es probable que el colapso golpee a los petrostatos que acumularon armamento durante los mejores años.
Según The Economist, se espera que Rusia pierda alrededor de 165 mil millones de dólares en ingresos por exportaciones de petróleo en 2020 y que Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos reduzcan el gasto público.
El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía mundial se reducirá en un 3 por ciento este año: la peor contracción desde la Gran Depresión. Además, se prevé que Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania e Italia –los seis países con más gasto militar de la OTAN- se encuentren entre los más afectados.
Michael Formosa, de Renaissance Strategic Advisors, considera que es probable que estas circunstancias orillen a líderes políticos a gastar más en redes de salud y seguridad social que en armas.
Corea del Sur ha anunciado que recortará el presupuesto de Defensa el próximo año en un 2 por ciento (738 millones de dólares) y Tailandia en un 8 por ciento (557 millones) para un fondo de alivio de desastres y un paquete de estímulos fiscales, respectivamente. A esta iniciativa podrían sumarse más países.
Para Europa, un recorte de esta magnitud ‘sonaría a muerte’ por el objetivo de la OTAN de que los aliados gasten el 2% de su producto interno bruto (PIB) en Defensa.
Estados Unidos también tendría complicaciones, pues el Pentágono perdería entre 350 mil y 600 mil millones de dólares en los planes actuales para la próxima década.
Frank Hoffman, de la Universidad de Defensa Nacional en Washington señala que las prioridades nacionales de Estados Unidos se inclinarán hacia una mayor seguridad de los ingresos y la salud. Si la situación actual es una guerra contra el coronavirus, el dividendo de la paz irá a los civiles.
Con información de The Economist, López-Dóriga Digital y Forbes
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