¿Empleados tóxicos? Así puedes identificarlos y controlar sus actitudes
Tener a un empleado tóxico en tu nómina puede resultarte en incremento de costos, pues no solo genera problemas individualmente, sino que suele contagiar a su equipo de trabajo.
Después de identificar a este tipo de trabajador, quizá resulte difícil tener que despedirlo, pues no todos los empleados tóxicos se desempeñan mal en sus funciones.
Algunos son tan buenos que se sienten indispensables y toman actitudes poco favorables para la empresa.
Además, las legislaciones del país te impiden que despidas a alguien de manera injustificada, por lo que podrías optar por aprender a manejar esa actitud sin que el empleado tóxico ‘contamine’ al resto de trabajadores.
¿Cuáles son los tipos de empleados tóxicos?
El que siempre tiene problemas. Su pasividad, falta de organización, la poca confiabilidad en él y su nivel de incompetencia crean frustración en el resto de empleados que están realizando un buen trabajo.
El que tiene flojera para todo. Trata de evitar trabajar a toda costa, además de que su falta de energía y entusiasmo pueden crear conflictos con otros compañeros.
El que ‘hace todo’. Contrario al anterior, existen trabajadores tóxicos que se sienten mártires. Todo el trabajo lo hacen ellos y, aunque suelen ser buenos empleados, tienden a quedarse con el crédito sin reconocer a su equipo.
El sociable. Los empleados sociables son positivos para la empresa cuando crean un ambiente ameno y hasta de hermandad; sin embargo, se vuelven tóxicos cuando cualquier junta u hora del café la aprovechan para platicar y evadir sus responsabilidades.
El que se niega a cambiar. Quizá es el más dañino de todos, pues a pesar de recibir apoyo personal y correcciones, no quiere seguir las reglas y hasta puede tomar decisiones para las que no está autorizado dentro de su empleo.
¿Cómo lidiar con empleados tóxicos?
Como primera medida, los expertos recomiendan dejar claro desde un principio lo que será permisible dentro de la empresa y no dejar sin sanción las violaciones al reglamento.
Los empleados suelen analizar el comportamiento interno y a partir de ahí regirse, pues de nada sirve que en lo escrito se estipulen normas que en la práctica no se cumplen.
Si se tiene identificado a un empleado tóxico, lo viable sería que se hable con él y se implementen estrategias como capacitaciones, pláticas motivacionales, entre otras, que corrijan el tipo de mal comportamiento que presente.
Cuando un empleador hace caso omiso a este tipo de trabajadores, está mandando un mensaje claro al resto de que será permisivo y es seguro que los demás tomen actitudes negativas.
Con información de Entrepreneur, BBC y Negocios Inteligentes
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