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La receta para un nuevo pacto social

La receta para un nuevo pacto social

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México y la política industrial para la re-localización

Minouche Shafick, de origen egipcio, es la rectora de la Escuela de Economía y Política de la Universidad de Londres, fue vicepresidenta del Banco Central Británico y ha dirigido todo tipo de instituciones de ayuda internacional. Minouche escribió “Lo que nos debemos unos a otros: un nuevo contrato social”. El texto intenta, con éxito, me parece, establecer una serie recomendaciones que ayuden a establecer un nuevo pacto social, de parte del Estado y las empresas, con la sociedad, para revertir los efectos negativos de las reformas liberales, que privilegiaron la flexibilidad laboral y redujeron las tasas impositivas, a costa de menor seguridad laboral y menor cobertura de servicios. Shafick enfatiza también que el no haber cubierto las necesidades de las mujeres trabajadoras y revertir la discriminación de las minorías no solo ha entendido costos en términos de equidad, sino también de productividad por la perdida de talento y capital humano que la discriminación genera. Entre el 20 y 40% de las ganancias en productividad en los Estados Unidos se puede atribuir a que los hombres blancos dejaron de tener el monopolio de los mejores empleos, ya que fueron adquiriendo acceso mujeres y miembros de minorías étnicas.

Vivimos en una sociedad en la que las personas asumimos cada vez más los riesgos de manera individual, por lo que un nuevo pacto social requiere repartir entre todos los riesgos y garantizar el desarrollo del potencial de todos. Eso implica la atención a la primera infancia, financiar un sistema de cuidados, compensar con transferencias a las personas de menores ingresos, establecer pensiones mínimas, re entrenamiento laboral para adultos, garantizar paquetes de servicios educativos y de salud aceptables, generar incentivos para reducir lo que nos interesa disminuir, como la obesidad o las emisiones de carbono, así como entrenar a las personas en las nuevas tecnologías. Fortalecer las políticas de competencia son también importantes en la economía actual, dominada por monopolios.

El nuevo pacto tiene que ver con mejorar la distribución del ingreso, pero también con invertir para incrementar la productividad de todos, lo que se traduciría en mayor renta en general. La flexibilidad laboral, necesaria en los nuevos empleos, muchos de ellos tecnológicos, se debe de acompañar de nuevas formas de seguridad laboral. Las prestaciones laborales deben de trascender el contrato de trabajo básico y se deben fortalecer mecanismos como el salario mínimo y los seguros de desempleo. Los gobiernos tienen que invertir en capital humano y fomentar que las empresas inviertan en herramientas que incrementen la productividad de los trabajadores. La revolución digital es una enorme oportunidad en ese sentido, pero también para ampliar la accesibilidad y alcance de los servicios públicos. Actuar contra el cambio climático y detener la pérdida de la biodiversidad debe ser parte de un contrato social inter generacional, en favor de los jóvenes.

Todo eso se puede financiar si se incrementan los tributos a la renta, que redujeron sus tasas marginales y la recaudación con respecto al producto durante el periodo de reformas liberales. Se deben de re balancear los sistemas tributarios, que ahora favorecen más al capital que al trabajo. Definitivamente los sistemas fiscales pueden ser más progresivos y recaudatorios. Es necesario establecer gravámenes mínimos a la ganancias de empresas multinacionales, que aprovechan paraísos fiscales o países con tasas reducidas para reportar sus ganancias. Los países de ingresos medio tienen enormes áreas de oportunidad para incrementar sus recaudación tributaria. Es posible también restablecer o poner en operación impuestos sobre patrimonios y herencias. Es necesario gravar emisiones al carbono y otros contaminantes, para incrementar los ingresos, pero también para reducir el daño ambiental por vía de los incentivos. Se trata ideas que pretenden resolver la crisis actual de las democracias y sus economías, que no por ser generales dejan de ser acertadas y útiles, si se aterrizan considerando el contexto de cada nación.

@vidallerenas

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