Los filtros en redes sociales: nuestro don, nuestra maldición
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La pandemia hizo que agradeciéramos la existencia de las redes sociales para aliviar un poco la propia en medio de esta caótica contingencia, pues seguramente en algún punto de la cuarentena quisiste olvidar el rollo de los contagios y de las noticias, por lo que recurriste a memes, videos, diy y tutoriales para pasar el rato.
Tener internet, permanecer en casa y poder trabajar desde esta burbuja acogedora —si es tu caso— es una bendición porque como lo hemos venido diciendo en varias notas, no todos pudieron hacerlo y tuvieron que enfrentarse a la COVID-19 cara a cara, día tras día.
Al final de cuentas, la vida y lo que tienes es un regalote que usualmente olvidamos porque el devenir del tiempo y nuestros problemas —millennials— nos ciegan y muchas veces creemos que merecemos todo por el simple hecho de despertar.
En fin, las redes sociales son una salida ante cualquier situación incómoda; por ejemplo, si vas a una reunión y no conoces a nadie, te pones a checar los TikToks de alguien más, tu feed de Instagram, saludas a alguien por WhatsApp o en caso de que estés harta de la programación de la televisión —si es que todavía existe alguien que la ve—, te pones a dar me encanta a las fotos de perfectos desconocidos o amigos con vidas exitosas, porque siendo sincera nadie sube sus fracasos a internet, que aparecen en tu timeline.
Durante la cuarentena, también se popularizaron las aplicaciones que sirven para realizar videollamadas, como Hangouts de Google o Zoom, que terminó valiendo más que las aerolíneas principales de todo el mundo, pero esta no es el único medio para ponerte en contacto con tu grupito favorito.
Instagram y Facebook también tienen la opción de videollamadas; sin embargo, algo destacable de esta y otras aplicaciones, como Snow, es que puedes usar filtros. Pff. Llegué al punto que quería. ¿Has notado que las personas suben cada vez más contenido usando filtros en sus rostros?
Sí, es divertido porque seamos realistas, los filtros nos hacen más bellos y es divertido tener pecas, extensiones de pestañas u ojos de color con un simple clic, pero, ¿está bien que se normalice vernos siempre con una máscara virtual?
Hace poco contacté a una amiga por Instagram y terminé dándome cuenta de que usé esa aplicación porque es la que más y variados filtros tenía, pues puedes seleccionar cuáles guardar para utilizarlos posteriormente, como en una videollamada.
Sin embargo, esta misma amiga me envió un post días después sobre teorías y conspiraciones del uso de los filtros en las redes sociales, donde, a resumidas cuentas, decía que esta modalidad ha tenido tanto éxito en redes sociales que ya se crearon influencers virtuales con base en los filtros más solicitados en las aplicaciones.
Lil Miquela, Bermudaisbae y Blawko22 son algunos de los personajes digitales que suben contenido diario a sus redes sociales y son espeluznantemente parecidos a los internautas reales, bueno, ese es el chiste. Mientras estos robots trabajan para marcas, miles de usuarios llenan sus publicaciones de likes.
¿Te ha pasado que tus conocidos se ponen tantos filtros que terminan pareciendo otra persona? Estos son los alcances de la virtualidad; incluso, hay personas que llevan una foto suya con filtro a los cirujanos plásticos para verse así, lo que algunos médicos comenzaron a llamar Dismorfia de Snapchat.
La pandemia hizo que muchos de nosotros nos enfocáramos en nuestras redes sociales y fuéramos —si no es que ya lo éramos— más minuciosos con nuestras fotos y es que, en un ambiente cada vez más virtual, la gente debe darse cuenta de si esto es una alternativa alentadora para el futuro.
Nos acercamos a la inmortalidad de un avatar mejor que tú y a soñar despierto literalmente; puedes pasar a ser la marioneta de un usuario perfecto —a tus ojos y a los de muchos—; haciéndolo viajar y hacer cosas que te gustaría desde la comodidad de tu casa.
Por eso me parece adecuado destacar que somos obras de arte en sí mismas —picassos, monets o dalís— cuya trascendencia radica más en la profundidad que en la falsa belleza. Yes, probably me mam*, pero el punto es que más libros, menos filtros, o ¿tienes miedo?
Portada: Unsplash
Interiores: Instagram @ilovediany, @selfieonfilm, @insmask, @young_aa0 y @bermudaisbae