Potencial del nearshoring para el mercado inmobiliario industrial podría difuminarse en cinco años
Si bien el efecto del nearshoring ha significado una mina de oro para el sector inmobiliario industrial apalancado en regiones específicas como el centro, Bajío y norte del país, este dinamismo podría difuminarse de tres a cinco años, cuando los precios comiencen a bajar, lo cual afectaría la renta de los inversionistas de estos espacios.
De acuerdo con Héctor González Castañeda, socio y parte de Inteligencia de Mercado de la firma consultora inmobiliaria Prosperia, aunado a esto, el encarecimiento de los insumos para la construcción podría también afectar la inversión de los desarrolladores, debido a que posiblemente en un futuro, con costos más bajos, el precio de venta del proyecto sea incluso menor que el costo actual de su edificación.
“Ninguna oportunidad viene sin sus riesgos, y el nearshoring no es la excepción. Si bien el potencial de crecimiento de la industria inmobiliaria en este sector es real, es importante considerar algunos riesgos para evitar que las inversiones no tengan los rendimientos esperados”, se puede leer en su análisis.
Actualmente, según datos de la firma Newmark, existen mercados inmobiliarios industriales en el norte del país donde la disponibilidad de su inventario es mínima, incluso menor a 1 por ciento. Por ejemplo, al cierre del año anterior Juárez, Chihuahua, registró una disponibilidad de 0.2%; en Tijuana, Baja California, este indicador fue de 0.8%; en Monterrey, Nuevo León, se llegó a 0.5%, mientras que en Reynosa, Tamaulipas su registro fue de 1 por ciento.
“Los mercados más consolidados, como Monterrey y Juárez, ya tienen el potencial para recibir a empresas de alta gama como Tesla y Amazon. El aumento en la demanda alrededor de estos puntos estratégicos elevará los precios de venta y renta, permitiendo una mayor inversión en infraestructura y nuevas tecnologías”, destaca González Castañeda en su análisis.
Para el especialista, esto también ha representado un gran dinamismo para regiones emergentes, que antes no figuraban en el mapa del mercado inmobiliario industrial, como Matamoros, Tamaulipas.
“La ciudad de Matamoros, que hace un par de años no figuraba en los planes estratégicos, hoy ha aumentado el valor de la tierra hasta en un 80% comparado con el 2020, y en el último año triplicó sus metros cuadrados de tierra industrial”, refiere el análisis.
Perspectiva de mediano plazo
Este dinamismo ha repercutido en los precios de renta, los cuales se han elevado considerablemente ante la poca disponibilidad y la alta demanda que hay respecto a estos espacios.
Sin embargo, para el especialista, este efecto en los precios no será para siempre. “La ventana para aprovechar esta oportunidad es relativamente corta, de tres a cinco años, antes de que el mercado se sature y los precios comiencen a bajar”.
Asimismo, González Castañeda explica en su análisis que los costos actuales para la edificación de proyectos industriales podrían significar en el mediano plazo que la renta de los inversionistas no sea tan atractiva.
“Con los costos de construcción tan altos como están hoy, es probable que en 10 años que se busque vender el portafolio para buscar una nueva oportunidad, las rentas y el costo de construcción hayan bajado tanto que el precio de venta sea incluso menor que el costo de construcción”, apunta el especialista.
Otro de los riesgos referidos por González Castañeda, es la infraestructura, especialmente en cuestión de energía en zonas de rápido crecimiento.
“La oportunidad que presenta el nearshoring para el desarrollo inmobiliario industrial es real, pero viene acompañada de riesgos importantes que no se deben dejar de lado para lograr el éxito”, puntualiza el especialista.