Reconoce FMI solidez macro de México
En virtud de su fortaleza macroeconómica y la solidez de su banco central autónomo entre otras virtudes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó mantener abierta la Línea de Crédito Flexible (LCF), por 47,000 millones de dólares.
El FMI consideró que la economía mexicana se mantiene resiliente y decidió mantener abierto este crédito especial y sin condiciones para enfrentar eventualidades adversas.
Se trata de un crédito del que puede disponer el gobierno mexicano, en caso de ser necesario, frente al recrudecimiento de los riesgos internacionales.
Es un reconocimiento a la resiliencia que ha demostrado la economía mexicana.
Es un premio al buen comportamiento macroeconómico.
Y es una continuación de la confianza del organismo financiero multilateral respecto del buen comportamiento macro que observa el actual gobierno y que siguieron los gobiernos neoliberales previos.
Es decir, el actual gobierno que se autocalifica de izquierda y considera como sus adversarios a los gobiernos neoliberales, mantiene exactamente la misma disciplina en el comportamiento macroeconómico que sus antecesores.
Los representantes del organismo financiero multilateral vinieron a México, revisaron y encontraron: un sólido manejo de las finanzas públicas, estabilidad financiera y fiscal y como marcos institucionales sólidos.
El organismo internacional destacó que México ha aplicado políticas macroeconómicas sólidas y ha mantenido un fuerte marco institucional que le han permitido enfrentar con resiliencia los impactos adversos originados en la economía global.
Además –observó el FMI–, México cuenta con un banco central independiente que actúa oportunamente, lo cual demuestra su compromiso con el objetivo de inflación, y mantiene las expectativas de inflación bien ancladas.
Tiene un tipo de cambio flexible que ha facilitado la absorción de los choques externos.
Y una posición externa en línea con los fundamentos macroeconómicos y un perfil de deuda externa relativamente baja.
Estos elementos garantizan el acceso a la facilidad que el FMI extiende a México.
Nuestro país es una de las cinco economías emergentes miembros del Fondo que cumplen con los estrictos requisitos para tener acceso a esta LCF, desde el año 2009 además de Polonia, Colombia, Chile y Perú.
México continúa cumpliendo con todos los criterios de habilitación necesarios para utilizar, en caso de necesitarlo y sin condicionalidad adicional por parte del FMI a la LCF.
La LCF es un escudo financiero adicional para la economía mexicana.
Refuerza la reserva de activos internacionales y complementa las herramientas de las autoridades mexicanas para enfrentar condiciones externas adversas y preservar la estabilidad económica y financiera.
¿Y por qué si está tan bien la economía mexicana –desde el punto de vista del FMI– le extienden un crédito para posibles contingencias?, seguramente usted, amigo lector, se estará preguntando.
Bueno pues la respuesta es muy sencilla, es para enfrentar potenciales eventualidades generadas en el contexto internacional.
El FMI lo advierte al señalar que la economía mundial se ha debilitado como resultado de la pandemia, de las afectaciones económicas derivadas de la invasión de Rusia a Ucrania y de un apretamiento de las condiciones financieras globales, debido a un retiro más acelerado del estímulo monetario para contener los altos niveles de inflación.
En consecuencia, se han intensificado los factores de riesgo externo que enfrenta México.
El FMI aprueba la extensión de la LCF a petición del gobierno de México, a través de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México y más específicamente, de la Comisión de Cambios integrada por ambas dependencias.
La Comisión de Cambios continuará evaluando la estrategia de salida gradual y ordenada de este mecanismo planteada desde el año 2017.
Lo que no hay que perder de vista es que como en los gobiernos neoliberales, en el actual, la estabilidad macroeconómica se mantiene y aunque es muy positivo que se mantenga, es insuficiente, frente a la falta de crecimiento, la creciente pobreza y las enormes desigualdades entre los mexicanos.
De acuerdo con el último reporte de la OCDE, México presenta una de las más altas desigualdades regionales en pobreza y una de las políticas fiscales y de transferencias menos efectivas para combatirla.