Sugar Daddy: ¿Sí deja lana tener uno o solo te rompen el corazón?
¿A quién no le da curiosidad el tema de los sugar daddies? Seguramente más de una vez te has preguntado cómo es eso de intercambiar tiempo y caricias por lujos, dinero y viajes, por eso hoy te vamos a contar cuánto recibes aproximadamente —en cash y en ganchos al corazón 🙁 — al mantener este tipo de vínculo.
Según el portal Bussiness Insider, el sugar dating es un tipo de cita en el que uno da apoyo económico a su compañero a través de regalos o dinero en efectivo.
De hecho, hay sitios especializados, como Seeking, para organizar estos encuentros que pueden tener fines sexuales o simplemente de compañía.
Algunos términos que se utilizan en la comunidad de sugar dating son SB, utilizado para referirse a la Sugar Baby o persona que recibirá el dinero y los regalos; SD (sugar daddy), quien posee el estatus económico para dar un buen estilo de vida a su compañera; M&G (meet and greet), la primera cita, en la que se definirán los términos de la relación y en la cual no existe intercambio de dinero la mayoría de las veces; y PPM (pago por encuentro), un tipo de encuentro en que las SB reciben dinero cada que acuden a ver a su compañero; puede ser de manera diaria, semanal, quincenal o mensual.
Por otro lado, los experience daddies son aquellos que pagan con vivencias, es decir, viajes, comidas en restaurantes lujosos, estancias en hoteles costosos, etcétera.
Los splenda daddies son los que tienen un menor presupuesto y los salt daddies son aquellos que hay que evitar a toda costa, pues solo mienten sobre sus finanzas para meter a cualquier chica en su cama, de acuerdo con Business Insider, y es mejor que cualquier SB reciba un regalo o el dinero antes de llevar a cabo ‘la transacción’.
La historia de Ricardo
El Diario de Finanzas charló con Ricardo, un joven que tuvo a dos sugar daddies a sus pies a pesar de no estar inscrito a ningún portal mexicano especializado en estas citas, como Sugar Daddy Mx.
Ricardo nos contó que cuando tenía 22 años conoció a su primer sugar daddy al ir a tomar algunas instantáneas a un botanero en Cholula, Puebla (México), pues en ese entonces trabajaba como fotógrafo y cubría eventos para la revista Rostros. Allí conoció al susodicho —a quien llamaremos Señor 1–, gerente del local y posteriormente el dueño.
El Señor 1 le llevaba ocho años y le pidió sus datos porque supuestamente estaba interesado en su trabajo y quería realizar una sesión fotográfica después.
El Señor 1 comenzó a escribirle a Ricardo y lo invitó a salir en varias ocasiones a lugares caros de Sonata, una lujosa zona residencial del municipio poblano:
“De los que me acuerdo, íbamos a Mr. López y ahí luego llegaba a gastar casi 5 mil pesos si íbamos con amigos. También visitamos restaurantes de cortes de carnes nada más él y yo, donde las cuentas ascendían a 2 mil pesos”.
A Ricardo le ganó el amor y la atracción, por lo que después de algún tiempo se fue a vivir con él y siguió recibiendo beneficios económicos, pues su sugar daddy le daba para sus gastos de estudiante 200 pesos diarios.
Ricardo se percató de que su SD, quien se había convertido en su pareja, seguía saliendo y conociendo a otros hombres, a pesar de que vivían juntos. Esto lo llevó a cuestionarse si quería continuar en ese tipo de relación, pero decidió que sí:
“El ambiente LGBT es muy pesado y preferí quedarme con el Señor 1 porque pensaba que los que conociera después también me iban a engañar, porque así son, y aunque mi sugar hacía lo mismo, me daba lo que yo quería”.
Después de cinco años, más estable económicamente y aconsejado por sus amigos de que el poliamor no era la mejor opción pues lo estaba afectando, Ricardo se despidió de su primer sugar y no tenía ni idea de que aparecería otro porque ‘la vida quita y también nos da’.
Ricardo conoció al Señor 2 cuando abrió su cuenta en Grindr, una app de citas para gais, donde subió tres fotos que comenzó a likear un misterioso internauta. Comenzaron a platicar y ambos coincidieron en tener una mascota Golden retriever y esto fue pieza clave para continuar las charlas y posteriormente citarse.
La diferencia de edad entre Ricardo y el Señor 2 era grande, pues el recién conocido tenía cerca de 44 años; sin embargo, ambos iniciaron una relación de amistad en la que nunca hubo un intercambio de tipo sexual, pero sí económico, pues Ricardo decidió dejarse consentir.
El Señor 2, quien se desempeñaba como contador, lo llevó a varios conciertos y obras de teatro que Ricardo quería:
“Me llevó a ver la obra de Chicago en Ciudad de México y al concierto de Mónica Naranjo que estaba más o menos en 3 mil pesos hasta delante, donde nos sentamos”.
Pero no solo eso, pues el Señor 2 llegó a algunas de sus citas con alimento para el perro de Ricardo y hasta lo llevó al veterinario:
“A veces me llegaba con un bulto de croquetas y también me mandaba comida de UberEats y Rappi al trabajo a diario, así que no tenía que preocuparme por subsistir. El sueldo de mi trabajo actual servía para darme mis gustos y para pagar deudas”.
De hecho, Ricardo recordó que el Señor 2 le dijo que pagaría las deudas que él tenía en su escuela, las cuales ascendían a 25 mil pesos, pero él no aceptó la oferta.
Todo se terminó cuando Ricardo se enteró de que su segundo sugar daddy creó perfiles falsos en redes sociales para investigarlo y que luego comenzó a insultarlo a través de ellos, así que la ‘relación’ se terminó en tres meses.
¿Lo llevaron a viajar?
Ricardo también nos contó que el Señor 1 se lo llevó a Cancún por cinco días con todos los gastos pagados y el Señor 2 lo llevó a Guanajuato, donde le compró ropa, y tenían planes de visitar Puerto Vallarta y Europa, pero esto nunca se concretó porque dejaron de frecuentarse.
Incluso, Ricardo aseguró que su primer sugar daddy iba tan en serio con él que hasta conoció a su familia, mientras que el Señor 2 solo conoció donde vivía, pero nunca entró.
¿Ricardo se sintió en peligro en alguna cita?
Ricardo señaló que a pesar de no dedicarse a buscar sugar daddies, sí sintió que su vida peligraba en alguna ocasión:
“Con el Señor 2 me sentí raro un día que me llevó a Val’Quirico para pasear en globo, pues fue sorpresa y solo me dijo que me levantara temprano y me pusiera una muda cómoda. Yo no me preocupé por la ropa porque en nuestros viajes me compraba lo que me hacía falta, así que me paré a las cinco de la mañana y pasó por mí, pero empecé a entrar en pánico cuando íbamos por la carretera y aún estaba oscuro y me puse a pensar que solo teníamos tres salidas previas y algo podía pasarme”.
Asimismo, este joven aseguró que el riesgo en este tipo de relaciones no vale la pena para él, pues ‘si solo lo haces por mejorar tu estilo de vida, a veces no terminas siendo totalmente feliz’ ya que él no lo era con ninguno.
Ricardo también detalló que nunca se sintió mal por recibir dinero porque con el Señor 1 sentía que estaba en una relación y que se merecía todos esos beneficios económicos y con el Señor 2 tampoco creyó que había hecho algo malo, pues nunca accedió a intimar con él, entonces tomó los regalos como si fueran de un pretendiente.
Ricardo declaró que el tipo de relación con los sugar dependerá de los términos en los que estableces los encuentros, pues ha salido con algunas personas que lo invitan al cine, pero luego se ofrecen a llevarlo a un lugar ‘más cómodo’ y él tiene la decisión de aceptar o no:
“Depende: te gusta o no, debes aclararle desde antes de que salgan. Dentro del ambiente LGBT a veces sí te dan un apoyo a cambio de un encuentro”.
Los beneficios económicos que recibas del sugar daddy dependerán del país y la situación del mismo sujeto pues, según un testimonio en Business Insider, una joven en Europa puede recibir hasta 10 mil pesos por cita.
A veces este tipo de relaciones ni siquiera se sienten tan extrañas y se vuelven más cercanas, como le pasó a Ricardo o como el siguiente documental de VICE las retrata.
También debes considerar los riesgos que corres al viajar y citarte con desconocidos, quienes no son garantía de felicidad ni de seguridad, por lo que lo mejor es avisarle a alguien de confianza con quién estás o mandarle tu ubicación en tiempo real.
¿Te atreverías a ser una sugar babe solo por diversión o por necesidad económica?
Portada: Anatómica Estudio.
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