¿Un modelo cultural venezolano para México? La propuesta del secretario de Gobernación
Hace unos días, y aprovechando la presencia en México del director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, Adán Augusto López, secretario de Gobernación, dijo:
“Gustavo Dudamel es uno de los directores más afamados del mundo, es un muchacho venezolano, de origen humilde, pero que es el fruto de una escuela –ya me van a acusar ahí de chavista– [una escuela] que diseñó un viejo profesor de música, José Abreu, que fue profesor de música del entonces joven estudiante Hugo Chávez. Chávez fue a ver a Abreu y diseñó un esquema de llevar a todos los pueblos [de Venezuela] la música y crear orquestas infantiles y juveniles, que es el experimento cultural más exitoso en los últimos cuarenta años en todo el mundo. No se imaginan: no nada más Dudamel, sino todos los jóvenes venezolanos que ahora se dedican a la música. Y yo creo que en México tenemos que experimentar todo eso, porque hay talento en nuestros jóvenes”.
En suma, parece que Adán Augusto López piensa que Gustavo Dudamel y el Sistema de Venezuela son obra del presidente Hugo Chávez, y recomienda que en México adoptemos dicho sistema, pues, a juzgar por sus palabras, en nuestro país no se ha hecho nada, o no se ha hecho gran cosa, en materia de educación musical. El secretario de Gobernación está muy equivocado. Ni Dudamel ni el Sistema son obra del presidente Hugo Chávez; y en México llevamos décadas de un continuo esfuerzo de educación musical.
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela (el famoso “Sistema”) fue fundado en 1975 por José Antonio Abreu (no un “viejo profesor”, sino un joven e inquieto maestro de 35 años) durante el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez. La idea era que la música fuera un instrumento de organización social y de desarrollo humano. En 1979 se fundó la Orquesta Juvenil Simón Bolívar, que a la fecha es una de las mejores orquestas juveniles del mundo. Sin duda, el programa de Abreu ha sido muy exitoso.
Dudamel nació en Barquisimeto, Venezuela, en enero de 1981, y se incorporó desde niño al Sistema, mucho antes de que Chávez fuera presidente. Estudió dirección con artistas de la talla del mismo Abreu, Charles Dutoit y Simon Rattle. Saltó a la fama internacional a partir de que en 2004 ganó el concurso Gustav Mahler de dirección orquestal. Y así, algunos chavistas de Latinoamérica torpemente creen que El Sistema y Dudamel ¡son obra de Hugo Chávez!
En México existe un “Sistema”. Ha sido exitoso, a pesar de que siempre ha sufrido por falta de presupuesto. El presidente Salinas creó en 1988 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y uno de sus primeros proyectos fue implementar en México un sistema musical como el de Venezuela. La tarea fue encomendada a Fernando Lozano, que creó en 1989 el Programa de Orquestas y Coros Juveniles de México y fundó la Orquesta Juvenil Carlos Chávez, que serían los equivalentes mexicanos de El Sistema y de la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela. Se crearon decenas de orquestas juveniles en todo el país y se formaron excelentes músicos: más de 100 orquestas en 28 Estados que atendían a casi 10 mil niños y jóvenes. Este programa se transformó en 1998 en el Sistema Nacional de Fomento Musical, que a la fecha cuenta con 29 orquestas, 34 coros, 20 bandas sinfónicas, 4 bandas tradicionales y 17 ensambles. Tiene presencia en 69 municipios de 27 estados y da servicio a unos 6 mil niños y jóvenes.
No obstante, el secretario de Gobernación piensa que en México no se ha hecho casi nada en materia de educación musical. Tal vez no se dé cuenta él ni sus simpatizantes, pero sus afirmaciones descalifican al gobierno federal, a la Secretaría de Cultura y al Sistema Nacional de Fomento Musical. Está ignorando un trabajo que se ha venido haciendo en México durante décadas y que ha rendido frutos. El maestro Roberto Rentería realiza una gran labor al frente del Sistema Nacional de Fomento Musical, pero para el secretario de Gobernación es como si no existiera nada de esto.
Dijo Adán Augusto López que un amigo le recomendó no decir lo de implementar en México el modelo musical venezolano, porque lo iban a acusar de chavista. Yo no lo acuso de chavista, eso realmente no importa. Si quiere ser leninista, chavista, madurista, stalinista, polpotista, lopezobradorista o inscribirse al club de los búfalos mojados, a mí me da igual. Lo que me apena es que descalifique, desde su falta de conocimiento, al propio gobierno para el que trabaja, y ningunee a los innumerables pedagogos y a los miles de niños y jóvenes que se han formado y se siguen formando, primero en el Programa de Orquestas y Coros Juveniles de México, y luego en el Sistema Nacional de Fomento Musical.