¿Estar demasiado seguro de ti mismo puede convertirte en un mejor líder?
Cuando el CEO de Apple, Steve Jobs, se acercó a AT&T para fabricar de manera conjunta un nuevo tipo de teléfono móvil, el cual se convertiría más tarde en un éxito financiero, la compañía de la manzana no tenía experiencia en esa rama del mercado. Sin embargo, los ejecutivos de AT&T creyeron ciegamente en la visión de Jobs que, incluso, saltaron los protocolos internos para llegar a un acuerdo.
Randall Stephenson, entonces CEO de AT&T, declaró que le había dicho a sus empleados que no estaban apostando ‘por el dispositivo’, estaban apostando ‘por Steve Jobs’.
Apple pasó a asegurar compromisos masivos de los proveedores de AT&T, quienes gastaron cientos de millones de dólares en edificar fábricas para desarrollar piezas específicas del iPhone.
Esta anécdota pone en evidencia el papel que juega la seguridad personal en la vida de los líderes.
La mayoría de nosotros cree que el exceso de confianza es algo malo. Ese es el caso de Daniel Kahneman, psicólogo y premio Nobel 2002, quien dijo que si tuviera una varita mágica la eliminaría para siempre. Y por una buena razón: la investigación ha demostrado que cuando el exceso de confianza llega hasta niveles ejecutivos, las empresas pueden dejar pasar mejores políticas monetarias o participar en adquisiciones temerarias y perjudiciales.
Sin embargo, historias como la de Steve Jobs funcionan como un tipo de contraejemplo: ¿Podría existir algún beneficio en tener demasiada seguridad en uno mismo en el contexto del liderazgo corporativo? ¿Existe evidencia sistemática de que los CEO con exceso de confianza sean, de hecho, mejores líderes?
De acuerdo con información de la Harvard Business Review, las empresas lideradas por presidentes ejecutivos con un alta estima en sí mismos están asociadas con una rotación de empleados significativamente más baja.
Asimismo, los empleados de las empresas dirigidas por presidentes de este tipo asignan una mayor fracción de activos en sus planes de beneficios de jubilación a acciones de la compañía.
Ambos hallazgos sugieren que los empleados no solo comprometen su trabajo por más tiempo, sino que también ponen su riqueza personal en juego para seguir el liderazgo de sus jefes.
El análisis de la Harvard Business Review mostró también que los CEO más confiados tienen más probabilidades de desarrollar relaciones con proveedores clave, y que estas relaciones con los proveedores tienden a durar más tiempo que el promedio.
Además, este tipo de presidentes ejecutivos pueden garantizar mejor los compromisos de los proveedores cuando dichos insumos son particularmente valiosos para la empresa.
De la misma manera, el estudio concluyó en que los presidentes más confiados son mejores innovadores.
Al menos en el mundo corporativo, existe un lado positivo del exceso de confianza: puede aumentar el compromiso de otras personas con su empresa.
Con información de Harvard Business Review
Foto: Americanbanker