Llegó la Inteligencia Artificial: el ChatGPT-3
Desde hace algunas semanas, el tema de la inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) ha desatado una inusual expectativa y discusión sobre el uso de aplicaciones computacionales de inteligencia no humana para resolver una gran variedad de preguntas y tareas. La empresa OpenAI creó, a fines de noviembre para uso público, el bot ChatGPT-3 basado en el software GPT-3.5. El ChatGPT-3 es un depositario de millones y millones de datos e información que ya están en internet y que la aplicación ha clasificado, ordenado y digerido para responder preguntas, resolver problemas y efectuar tareas. Es una especie de mega buscador inteligente. En su acepción popular es como si fuera un robot.
El ChatGPT-3 contribuye a que las decisiones que se tomen sean mejores y con menor margen de error. Se han reportado múltiples experiencias de interactuar con este bot. Por ejemplo, un médico le describió al ChatGPT-3 los síntomas de un paciente con cáncer y la herramienta de AI redactó un diagnóstico completo y propuso el mejor tratamiento para este enfermo. Se reportó también que el ChatGPT-3 aprobó el examen para la Barra de Abogados y cumplió con los requisitos para acreditar una maestría en negocios de la Escuela Wharton. Otro: se le pidió que redactara una reseña crítica de una película. En una subaplicación que es capaz de crear imágenes, se le dieron estas indicaciones: componer un dibujo de un paisaje al estilo del impresionismo que fuera muy colorido y que incluyera un lago, árboles, una tarde de otoño y una barca con pescadores. El resultado fue impresionante como si hubiese sido obra de un gran artista. Para fines de mercadotecnia de productos, a partir de información que se le dé, puede crear videos promocionales. Puede imitar voces.
Muchos periodistas se están apoyando en el ChatGPT-3 para hacer mejores reportajes. Los estudiantes lo utilizan para hacer sus tareas o entregar el trabajo realizado por la aplicación como propio. El maestro podría no percatarse que el escrito no es obra humana. Sería la herramienta preferida de la ministra Esquivel. Pero no sólo puede redactar textos, sino también puede escribir complejos códigos de programación en casi cualquier lenguaje. La AI es un cambio radical en la forma en que obtenemos y procesamos información e interactuamos con nuestras computadoras. Pero también su mal uso puede ser explotado por el crimen organizado. Un tema no resuelto es el aspecto legal de a quién se le otorgan los derechos de autor de lo que produce la herramienta de AI.
Finalmente, la AI puede proponer métodos nuevos para efectuar pronósticos económicos para la toma de decisiones. Es la nueva frontera del análisis económico. El tema es complejo, véase el trabajo de dos académicos chinos titulado “Digital Economy meets Artificial Intelligence: Forecasting Economic Conditions based on Big Data Analytics” (https://www.hindawi.com/journals/misy/2022/7014874/). ¿Significa esto que muy pronto el ChatGPT-3 podría recomendar la decisión de política monetaria que deba tomar la Junta de Gobierno del Banco de México? El avance tecnológico a veces aterra.
Twitter: @frubli