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La amenaza de la pandemia para las microfinanzas y los pobres del mundo

La amenaza de la pandemia para las microfinanzas y los pobres del mundo

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El colapso de los servicios financieros para la población vulnerable

 

Samir Shah, de la empresa privada Dvara Trust, señala que esta organización al sur de India brinda servicios financieros a los pobres de zonas rurales, aplicando una tasa de incumplimiento en cada préstamo de aproximadamente 5 por ciento.

No obstante, en tiempos de COVID-19, más del 90 por ciento de los prestatarios no puede pagar el dinero que solicita. Las microfinanzas tradicionales son un negocio personal y el reembolso es en efectivo a un agente que realiza la cobranza.

Como gran parte del mundo, India ha estado encerrada y no se hace ninguna excepción para los cobradores de deudas, pero bancos e inversores, de los que prestamistas como Dvara Trust obtienen sus fondos, esperan que se les pague.

Las entidades que otorgan préstamos están en apuros. La mayoría de estas instituciones de microfinanzas tiene un colchón de efectivo de un par de meses, pero su futuro estará en peligro cuando sus fondos se agoten.

Microfinanzas

La situación de Dvara Trust es similar a muchas historias alrededor del mundo, al igual que las implicaciones potencialmente devastadoras para las pequeñas empresas en las que los sectores más vulnerables buscarán empleo cuando la economía se descongele.

Finca Impact Finance, una red de prestamistas de microfinanzas con sede en Washington, realizó una encuesta en cada uno de los 20 países en los que tiene presencia. Tan solo en Uganda, los resultados arrojan que el 70 por ciento de los clientes encuestados no podía continuar con sus negocios.

Trevor Gosling, de Lulalend, un prestamista en Sudáfrica, asegura que más del 85 por ciento de las pequeñas empresas no ha podido operar allí. En Bolivia, el Banco Solidario informó que entre el 70 y 80 por ciento de los prestatarios ha dejado de operar.

El Banco Mundial estima que las micro, pequeñas y medianas empresas representan alrededor del 90 por ciento de la industria y más del 50 por ciento del empleo en todo el mundo. Muchos de estos negocios, especialmente los micro, están excluidos de las fuentes convencionales de financiación en el sistema bancario formal. Sin embargo, en los últimos años se ha visto un crecimiento en las instituciones diseñadas para servir a este segmento.

El índice de inclusión financiera publicado en 2017 señala que el número de no bancarizados en todo el mundo había caído a mil 700 millones, un avance en comparación con los 2 mil y 2 mil 500 millones de 2014 y 2011, respectivamente.

Muchas instituciones microfinancieras no han recibido dinero durante semanas. Los inversores y prestamistas se han visto comprensivos y cautelosos hasta ahora, pues analizarán qué empresas sobreviven a la recesión con la esperanza de que las valoraciones caigan a niveles de negociación.

Microfinanzas

Bancos centrales de países como Angola, Bolivia, Egipto, Jordania y Sri Lanka han otorgado moratorias discrecionales u obligatorias a los prestatarios afectados por los bloqueos, permitiendo a los prestamistas diferir los pagos y, a menudo, congelando las calificaciones crediticias de los deudores.

El aplazamiento en los pagos del Banco de la Reserva de la India cubrió un período de tres meses a partir del 1 de marzo. Esta institución también ha inyectado liquidez en el sistema, pero Samir Shah asegura que el dinero no está llegando a las empresas que otorgan préstamos a los más pobres del país.

 

La modernización del sistema no será suficiente… por ahora

 

Una encuesta realizada por Dvara a 600 mil deudores de microfinanzas mostró que el 56 por ciento pagaría sus préstamos si pudiera. En las circunstancias actuales, esa cifra suena bastante, pero implica una tasa de incumplimiento que, de ser sostenida, sería terminal para muchos prestamistas.

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Ahorro voluntario

Una forma que podría reducir el impacto de la pandemia en las microfinanzas es un mayor uso de cuentas de dinero móvil para atender préstamos vía telefónica. El año pasado, este tipo de movimientos en todo el mundo superó los mil millones. Los únicos prestamistas que quedan son los de esta modalidad. La digitalización, pensada para desarrollarse en los próximos diez o quince años, hoy tendrá lugar en seis meses.

Microfinanzas

El dinero móvil resolvería muchos problemas, pero no puede solucionar un oasis de prestatarios solventes y prestamistas líquidos en un contexto pandémico. En todo el mundo se teme que los deudores pobres se encuentren en una situación aún peor por tres razones.

  1. La pérdida de medios de vida va a empeorar la pobreza. Economistas del Banco Mundial estiman que la proporción de la población que vive con menos de 2 dólares al día aumentará de 8.2 a 8.6 por ciento.
  2. La brecha en el sistema financiero que ha sido acortada por prestamistas no bancarios podría ampliarse nuevamente, ya que algunos de ellos cerrarán.
  3. El progreso hacia la inclusión financiera también puede revertirse, pues varios de los que ingresaron a este sistema en los últimos años podrían ser expulsados nuevamente.

A pesar de esto, los gobiernos de todo el mundo están concentrados en los riesgos para la salud pública y la perspectiva de recesiones profundas. Una vez más, los intereses financieros de los más pobres no están recibiendo la atención necesaria.

 

Con información de The Economist, Gooruf y Finca Impact

Portada: Archivo Cuartoscuro

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