Venden la mitad; el resto lo tiran: ¿De qué vivirán ambulantes en cuarentena?
Entre incertidumbre y confinamiento nos encontramos todos los mexicanos. Tratamos de continuar con nuestras vidas al mismo tiempo que acatamos las indicaciones gubernamentales sobre sanas distancias.
Sin embargo, un sector de la población no puede darse el lujo del confinamiento. Seguir ofreciendo sus productos en la calle porque no tiene otra forma de ingreso es una realidad a la que le cerramos la puerta casi por obligación.
Hoy nos cuestionamos sobre lo que sucede con los vendedores ambulantes, pues hasta ahora el gobierno de México no ha implementado las estrategias económicas necesarias para ayudarlos.
Casi una cuarta parte del ingreso bruto de México, de acuerdo con una tabla del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), proviene del comercio informal, es decir de los vendedores ambulantes que se instalan en las calles para ofrecer productos y servicios.
De los 22 millones anuales que producía México hasta 2018, 5 son generados por el señor que vende burbujas en el zócalo, la señora de las memelas, el de las ‘empanadas árabes’, el de los globos, la de las chalupas afuera de la iglesia, etcétera.
El comercio informal ha sido juzgado por las organizaciones de empresarios, como Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), quien aseguró que un vendedor ambulante puede ganar hasta 500 pesos mientras que uno formal solo 100, según un artículo publicado por Milenio.
Sin embargo, ¿qué pasará con todas estas personas que venden productos y servicios en la calle durante el periodo de cuarentena por el coronavirus? El comercio informal es ejercido tan solo en CDMX por 1.3 millones de personas, que se pueden quedar sin comer junto con sus familias por la contingencia pues sus ventas cayeron un 50 por ciento, según El Universal.
A pesar de que muchos de los puestos de la calle ya cuentan con las medidas de higiene indicadas para la contención del coronavirus, como gel antibacterial, vendedores con cubrebocas y señalamientos para guardar una sana distancia, las ventas siguen decreciendo y, según Diana Sánchez Barrios, líder de una zona de comercio informal en CDMX, entrevistada por El Universal, las pérdidas de algunos comerciantes ambulantes son totales. Productos como alimentos y bebidas no pueden conservarse durante más de uno o dos días, por lo que sus ingresos se van directamente a la basura.
Esta situación ocasionó que los vendedores ambulantes alzaran la voz, al menos en Colombia, y pidieran ayuda a su presidente Iván Duque, quien reveló hace unos días que dará un bono de 160 mil pesos al comercio informal para contrarrestar los efectos económicos que el coronavirus provocó, según el portal Semana:
“Hemos diseñado un ingreso solidario que llegará a 3 millones de familias la próxima semana y serán en promedio 160 mil pesos, para que puedan entender que también estamos pensando en sus necesidades y sus ingresos”.
Sin embargo, en México aún no se ha informado sobre una estrategia económica clara que beneficie a los vendedores ambulantes, al menos no en los municipios, como Tlaxcala, Acapulco, Oaxaca, Cuernavaca y Pachuca, que ocupan los lugares principales en comercio informal.
De los 126 millones de habitantes que tiene nuestro país, más de 31 millones son vendedores ambulantes y solo el gobierno de Jalisco se ha pronunciado al respecto, otorgando un monto de 400 millones de pesos a estos que tendrán que llenar un preregistro para ser acreedores a él, según Infobae.
El factor económico no es el único que afecta a los comerciantes informales, pues en el ámbito de la salud, la mayoría de ellos no cuenta con seguro social al que puedan recurrir para diagnóstico u hospitalización en caso de tener coronavirus.
De hecho, el Instituto de Salud para el Bienestar reveló que no tiene capacidad para una pandemia. Cuando México llegue a fase 3 por el coronavirus, ‘requerirían de 150 ventiladores, 200 monitores y 245 oxímetros de pulso para atender a los contagiados’ en todos los centros médicos de la república mexicana.
Asimismo, el director de esta dependencia, Juan Antonio Ferrer Aguilar, envió una solicitud a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por más de 145 millones de pesos para obtener equipamiento que distribuiría en las unidades médicas de las diferentes entidades federativas de todo el país.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tocado el tema en sus conferencias matutinas,’lavándose las manos’ y enfocándose en los habitantes, pues el mandatario aseguró que le preocupa el comercio informal y propone que la gente salga a consumir local:
“No podemos cerrar todo, no podemos exponerlos (refiriéndose a toda esa gente que se busca la vida en la calle), tenemos que defender esta economía”.
Esto ha generado miles de comentarios negativos entre funcionarios, celebridades y usuarios, quienes aseguran que AMLO no está haciendo nada por la economía y hasta está recomendando romper la cuarentena para salir a comprar cosas a la calle.
Por otra parte, la diputada federal María Rosete, del PES, invitó a AMLO a formalizar la economía informal apoyando su iniciativa de reformas constitucionales en la que busca reconocer jurídicamente a los vendedores ambulantes e incorporarlos al pago de impuestos.
El señor de las nieves
Desde la comodidad de mi cuarto, pensé en todas esas personas que no están en cuarentena porque su trabajo no se los permite e indudablemente se me vinieron a la mente a todos los que me topo cuando voy a comprar a la tiendita, porque ya #ConsumoLocal y prefiero eso a ir hasta el Bodega Aurrerá, así que pensé que debería darle voz a todos ellos, quienes tienen la necesidad de exponerse ante el virus porque es eso o se quedan sin comer.
Al grito de ‘nieve de limón, nieve de guayaba’, el señor de las nieves no se cansa de pasar afuera de mi casa a pesar de que estamos en cuarentena y, aunque hay días en los que ni un alma se asoma por la ventana, hay veces en las que los niños de mi calle, esos que salían a jugar en las tardes y se la pasaban molestando por la reja a mis perros, le compran dos o tres nieves.
Don Arturo camina junto a su esposa doña Juanita alrededor de cuatro a seis horas diarias con su timbre de voz característico que anuncia la llegada de las nieves, a quienes afortunadamente conocí en los meses más calurosos del verano hace un año que nos mudamos aquí.
La elaboración de nieves se lleva a cabo en la mañana. Se requieren aproximadamente dos horas para que al medio día salga esta pareja a deleitar a los transeúntes y habitantes de las secciones 10 y 11 de la colonia Misiones de San Francisco en Puebla, Puebla con sus nieves que están hechas con las ‘mejores’ frutas pues, como dice Don Arturo: ‘No quiero que nadie se enferme por mis productos, así que selecciono lo mejor’.
Con su semblante serio y sereno, don Arturo dice que sigue saliendo a las calles porque es su única fuente de ingresos, además de que él no cree que el coronavirus sea tan grave como dicen en las noticias y solo lleva un gel antibacterial de no más de 200 mililitros para ellos y para su clientela:
“Yo creo que están exagerando muchas personas y no podemos quedarnos encerrados sin trabajar […] Nos lavamos las manos y usamos cubrebocas solamente en caso de presentar síntomas como tos o gripe, pero de ahí en fuera no porque las mascarillas solo las deben usar los contagiados”.
Desde hace 10 años, esta pareja decidió emprender este negocio ambulante, luego de que don Arturo dejara su cargo como guardia de seguridad en Bosques de Manzanilla.
Juanita y Arturo, de 50 y 45 años respectivamente, no tienen hijos y eso viene siendo algo afortunado: si la familia fuera más grande, los ingresos no alcanzarían, ya que disminuyeron de 30 a 40 por ciento por la cuarentena.
Sin embargo, don Arturo y doña Juanita tienen un muy buen hábito: aprendieron a ahorrar desde hace tiempo, por eso es que logran sobrellevar esta época en la que la economía se desmorona y más los comercios informales, pues las recomendaciones obligan a la mayoría a quedarse en casa:
“Nosotros tenemos ahorros, pues cada día guardamos lo que más podemos, en ocasiones 200 o hasta 300 pesos”.
Aunque durante estas dos últimas semanas las ventas de las nieves bajaron de 40 a 20 litros por día, esta pareja no se las ha visto tan negras porque tienen su ‘guardadito’, algo sorprendente, ya que la cultura del ahorro no es precisamente una característica del mexicano promedio.
Y es que la historia del señor de las nieves es tan solo una de 31 millones de personas que no tienen otra fuente de ingresos, como Ángeles, una señora mayor de edad que está casada y tiene un hijo adoptivo. Ella se dedica a vender maquillaje de origen vegetal por catálogo, ventas que, dijo, habían bajado mucho, por lo que ahora tenía que contactar a sus clientas por Whatsapp.
El esposo de Ángeles es pensionado y eso le ayuda un poco a ella con la manutención de la familia, pero sí le ha costado adaptarse , pues ella no puede salir y hasta le explica a sus clientas cómo pedir en línea los productos Yves Rocher que vende para no dejar de tener ingreso:
“Aunque sea poquito, pero que haya algo”.
Al menos esta empresa, fundada en Francia, ofrece servicio a domicilio sin costo de flete ni gastos administrativos extra a las asociadas como Ángeles, quienes buscan seguir vendiendo sus productos durante la contingencia.
Los mexicanos también nos enfrentamos a un posible desplome emocional por el confinamiento social y la posibilidad de sobresaturación de hospitales y una economía por los suelos.
¿Crees que AMLO debe brindar ayuda económica a los vendedores ambulantes en estas épocas? ¿Será buena idea formalizar el comercio de la calle, como dice la diputada María Rosete?
Con información de El Diario de Finanzas.
Portada: MAIRA TULIA PÉREZ BOCANEGRA/ CUARTOSCURO
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El cartón está basado en la historia de don Fidencio, un anciano que vive (o vivía) al sur de Chicago y que tenía que trabajar vendiendo paletas a pesar de su avanzada edad porque su hija murió en julio de 2016. En aquel entonces, gracias a un hombre de apellido Cervantes, pudo recaudar 173 mil dólares en la plataforma gofundme. Sin embargo, en nuestro país no todos los vendedores tienen la misma suerte de don Fidencio.
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