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¿Cuánto podría costar el cubrebocas transparente hecho por mexicanos?

¿Cuánto podría costar el cubrebocas transparente hecho por mexicanos?

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Tras la pandemia de coronavirus, expertos han asegurado que el ‘regreso a la nueva normalidad’ será de la mano con el uso del cubrebocas, un artículo que se convirtió en un indispensable para minimizar los riesgos de contagio.

Por lo anterior, diferentes marcas han lanzado variedad de diseños; no obstante, un equipo de mexicanos logró terminar un proyecto que implica un cubrebocas transparente que promete ser tan efectivo como el N95.

Esta mascarilla, creada por miembros del equipo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), es transparente, tiene dos filtros, uno en cada lado de la boca y no solo trascendió por su innovador diseño, que permite ver sonrisas y gesticulaciones, sino también su accesible precio.

De acuerdo con investigador del Iteso, Miguel Huerta, el cubrebocas podría costar 50 pesos o menos.

Asimismo, señaló que ya tiene dos patentes sobre el producto y destacó que, aunque hay proyectos similares, este cubrebocas se basa en meses de investigación, y aunque los modelos se parecen, el diseño mexicano le gana al desarrollado por el Instituto Tecnológico de Masachusetts.

Miguel Huerta no dio más detalles del producto, pues destacó se hará en la presentación final y espera que en un par de meses el producto ya esté en fabricación.

En cuanto a la fabricación, subrayó que las patentes fueron tramitadas para que empresas con sentido social puedan producirlos, pues su intención es que la manufactura no sea monopolizada.

Asimismo, pretenden que el cubrebocas pueda producirse a costos bajos y materiales de buena calidad, aunque aún no está definido si se fabricarán con silicón o pet de botellas recicladas:

“Estamos previendo dos cosas para evitarlo (que se empañe). Un antiempañante y filtros de humedad”

No cabe duda de que, la demanda de cubrebocas aumentó, pues no solo se innovó con los diseños, sino también se buscaron más manos que pudieran fabricarlos.

En el Centro de Prevención y Readaptación Social Santiaguito, en el Estado de México, un grupo de reclusas elabora miles de cubrebocas al día en un taller de costura.

Alrededor de 30 mujeres privadas de la libertad cosen retazos de tela y les dan forma de mascarillas para vendérselas a fundaciones o a empresarios que las donan a sectores vulnerables.

Fuentes: El Diario de Finanzas, Entrepreneur y Xataka

Portada: Indiegogo

Interiores: Twitter/ Miguel Huerta