Habrían sobornado a García Luna con 1.5 mdd mensuales
Sobornos millonarios por parte de integrantes del Cártel de Sinaloa y el reconocimiento, a su vez, de autoridades estadounidenses a su labor, fueron parte los primeros alegatos esgrimidos en el juicio contra Genaro García Luna, en la Corte del Distrito Este de Nueva York.
García Luna “traicionó a su país y al nuestro”, fue una de las frases que ocupó el fiscal estadounidense Philip Pilmar para referirse al exsecretario de Seguridad federal en el sexenio de Felipe Calderón, al presentar el caso ante el jurado y el juez Brian M. Cogan.
El fiscal Pilmar -ante la mirada de la esposa de García Luna y su hijo-, se refirió al exsecretario de seguridad como un “miembro más” del Cártel de Sinaloa al señalar que entre el 2001 y el 2012, cuando fungió primero como director de la Agencia Federal de Investigación (2001-2005) y después como secretario de seguridad (2006-2012), ayudó al narcotráfico a introducir a Estados Unidos 53 toneladas de cocaína.
La persona que se suponía que estaba a cargo de combatir al Cártel de Sinaloa era en realidad su activo más valioso”, enfatizó.
Señalamientos del Grande
La primera persona en testificar en contra del exsecretario de seguridad pública fue Sergio Villarreal Barragán, alias el Grande, quien fungió como uno de los principales líderes de los Beltrán Leyva, después de desempeñarse como policía federal.
El exagente de seguridad aseguró que García Luna fue una pieza clave para el crecimiento del Cártel de Sinaloa desde el año 2001.
Como pago por acciones como retirar agentes de seguridad de ciertas zonas, el Grande aseguró que la organización criminal entregó fuertes cantidades de dinero, que fueron incrementado con el paso del tiempo y del fortalecimiento del Cártel de Sinaloa.
“Nos daba información sobre operaciones, nos facilitaba poner y quitar comandantes en cualquier plaza en México y compartíamos información para poder pegar a nuestros contrarios”, indicó.
El Grande añadió que fue testigo presencial de los sobornos entregados a García Luna ya que él fue, en muchas ocasiones, el encargado de entregarle el dinero en una casa de seguridad ubicada al sur de la Ciudad de México, a lado de una iglesia, cuyos montos iban de entre 1 y 1.5 millones de dólares mensuales.
En una ocasión, relató, se entregaron al exsecretario de seguridad y sus colaboradores Luis Cárdenas Palomino y el comandante Domingo González entre 14 y 16 millones de dólares en cajas de cartón, tras incautar a grupos del crimen organizado contrarios dos toneladas de droga que se quedó el cártel de Beltrán Leyva.
Eran tantas las cajas, “que no cabían en la camioneta que traían y se llevaron una suburban que traíamos nosotros”, explicó el testigo, quien enfatizó que los sobornos a García Luna eran “la mejor inversión de dinero”.
Reuniones con políticos
Por su parte la defensa del exsecretario de Seguridad indicó que las pruebas que tiene la fiscalía estadounidense sobre los nexos de García Luna con el crimen organizado son endebles.
Aunado a resaltar que el exsecretario de seguridad mexicano fue reconocido por las autoridades de Estados Unidos por su labor e, incluso, se llegó a reunir con el entonces presidente Barack Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, entre otros funcionarios de alto rango del vecino del norte.
El abogado César de Castro, quien encabeza la defensa de García Luna añadió que los testimonios de narcotraficantes en contra de su cliente están relacionados con el rencor en su contra debido a que fue el mismo exsecretario de Estado mexicano quien ayudó a atraparlos y extraditarlos a Estados Unidos.
“Qué mejor venganza (…) que sepultar al hombre que lideró la guerra contra los cárteles”, dijo el jurista.
Cargos
García Luna está acusado de cinco cargos, entre ellos, participar en una empresa criminal continuada, conspirar para el tráfico de cocaína y mentir a las autoridades cuando solicitó la nacionalidad estadounidense en 2018.
Detenido en Dallas, Texas en diciembre de 2019, García Luna se instaló en Estados Unidos cuando salió del gobierno mexicano en 2012.
El gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, ha pedido la extradición de García Luna en al menos dos ocasiones ya que se le vincula con el desvió de unos 200 millones de dólares del erario. (Con información de agencias)
Afirma periodista Dolia Estéves
Casos basados en colaboradores pueden ser endebles
Pese a que la figura de testigo colaborador es clave para la procuración de justicia de Estados Unidos, en procesos como el que se lleva contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, acusado de recibir sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa, se corre el riesgo de que el uso excesivo de éstos le quite credibilidad al caso.
Dolia Estévez, periodista independiente en Washington, D.C y quien ha seguido de cerca los juicios contra grandes narcotraficantes en juzgados en EU, resalta que la figura de testigos colaboradores es muy común en los procesos que se llevan contra delincuentes acusados de delitos mayores, como es el caso del exsecretario mexicano.
“Como en el caso de García Luna, es muy difícil enjuiciarlo o encontrarlo culpable sin un testigo colaborador, esto es así porque es el medio en donde se movía”, expresó.
Sin embargo, para la experta en la materia e integrante del Seminario Violencia y Paz del Colegio de México, el problema recae en el uso excesivo de estos testigos, ya que, si el fiscal del caso se basa únicamente en los testimonios de estos individuos, el jurado puede dudar de sus dichos.
“Si el fiscal del caso se basa únicamente en los testimonios de estos individuos, —que en su mayoría fueron extraditados durante la época en que García Luna fue secretario de seguridad—, habrá un problema porque mucha gente en el jurado pueden encontrarlos sospechosos o carentes de credibilidad por su naturaleza misma”, subrayó.
Cabe señalar que para este juicio se espera que más de 70 personas declaren contra García Luna. (Con información de Maritza Pérez)