Polaridad en el emprendimiento mexicano: ¿cómo romperla?
El 65% del emprendimiento en México se concentra en tres entidades: Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, y en su mayoría son proyectos de alto impacto, de acuerdo con la Asociación de Emprendedores de México (Asem), pero ¿por qué los emprendedores más exitosos se concentran en el norte del país?
El impulso de políticas públicas, la educación y un ecosistema de emprendimiento desarrollado son claves; sin embargo hay factores sociales como el tono de piel y clase social.
El estudio (Des) ventajas al emprender en México, realizado por Impact Hub CMDX y Meta señala que la región de origen es un factor que influye en el emprendimiento, debido a que vivir en el norte del país representa una ventaja, que incrementa si la clase social de origen es alta y si el tono de piel del emprendedor es claro.
“Estas características también aumentan la probabilidad de tener ventas internacionales y ganancias arriba de 35,000 pesos”, señaló Mario Romero, director general de Impact Hub Ciudad de México.
Sin embargo, al sur del país los emprendedores suelen ser de clase social baja, piel morena y con educación pública. Además, los negocios tienden a ser locales y con pocas ganancias.
Emprendimiento, factor de crecimiento social
Al respecto, Juana Ramírez, presidenta de la Asem destacó que a pesar de esta polaridad, lo importante es ser un emprendedor con un propósito claro, con pasión y que reconoce sus fortalezas y debilidades.
“Es más probable que los emprendedores en ciertos niveles socioeconómicos; con mayor acceso a educación, que son hijos de emprendedores, han vivido en medio de la cultura del emprendimiento y en la empresa de sus familias, tengan mayor probabilidad de emprender y tener éxito en sus negocios”, precisó.
Sin embargo, cuando los emprendedores en circunstancias de pocas probabilidades de éxito (clase social baja) lo logran, generan una movilidad para ellos, sus familias y para la toda la comunidad en la que participan.
“El emprendimiento es un indicador de acceso social. En las ciudades donde hay mejor acceso a la educación, salud e información es donde suelen haber mayores emprendimientos, el cual dinamizan la economía de ese lugar”.
Por ello, para impulsar el emprendimiento a nivel nacional se requiere pensar en la educación como preparación para el emprendimiento y no como un camino para el trabajo.
Si bien es cierto que ya hay universidades que lo están haciendo, se requiere mayor impulso en todas las etapas de formación desde la niñez.
Falta de impulso del gobierno
Ramírez destacó que la falta de impulso por parte del gobierno ha impedido potencializar el emprendimiento; sin embargo, los emprendedores han sorteado los problemas, sobre todo durante la pandemia.
“Lo maravilloso de los emprendedores es que somos contra cíclicos a las crisis, a la economía y al discurso público, porque de todos modos vamos emprender y hacer que las cosas pasen”.
Solo 37% de las empresas en el país tienen acceso a financiamiento, pero cuando se observa por sectores, resalta una polaridad porque 65% de los negocios agrícolas obtienen crédito, en tanto solo 3% de los emprendimientos enfocados en salud lo consiguen.
“La mayoría de los financiamientos bancarios siguen enfocados en empresas de bajo riesgo y los emprendedores administramos el riesgo. Ahí hay un tema pendiente para el sector bancario, de desarrollar productos que eduquen a los emprendedores en generar un historial crediticio que les permita en el futuro acceder a mejores fondos”.
Ramírez detalló que ese espacio está siendo ocupado por las fintech; sin embargo, las tasas de interés son altas, pues en general una pequeña empresa llega a pagar en intereses hasta cuatro veces por cada peso prestado.
El resultado de eso es que 75% de las empresas muere en los primeros dos años de vida y el 52% lo hace por falta de flujo de efectivo. Es decir, lograron vender los servicios y productos, pero no tienen la capacidad financiera para solventar.
Mujeres e inversión
Se requiere continuar trabajando en inversión, porque mayormente los emprendimientos de mujeres son menos escalables, aunque las empresas lideradas por ellas alcanzan su punto de equilibrio más rápido.
Datos de la radiografía del emprendedor, edición mujeres, señalan que 26% de las emprendedoras fracasan por falta de tiempo, es decir, mientras que a los hombres se les inculca que su tiempo es para ser productivos, a las mujeres se les enseña que deben dedicarse al cuidado de la familia
Incluso, el emprendimiento femenino, donde la cultura del cuidado se recarga en ellas, ve limitado sus posibilidades para hacer crecer el negocio.
“Si cambiamos la cultura del cuidado, en el que todos somos responsables, entonces las mujeres tendríamos condiciones igualitarias”, finalizó Ramírez.