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Se hace más juntos

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Trump, ¿el principio del fin?

Las oportunidades para México parecen infinitas, y lo son, a condición de que se emprenda un trabajo complementario al tratado de libre comercio existente porque implica temas como el migratorio…

¿Y por qué no ir al lado de Biden o si quieren ustedes al lado de Estados Unidos, incluso de Canadá? Al fin de cuentas somos vecinos y socios.

Tras escuchar el informe del estado que guarda la nación del presidente Joe Biden se llega a la conclusión de lo mucho que podríamos avanzar si nos sumamos a los proyectos que están en marcha, si le tomamos la palabra al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien recientemente expresó la decisión de su gobierno de ayudar a México, a condición, claro está, que se deje ayudar y no imponga barreras que compliquen las inversiones y, particularmente, se impulsen programas para el desarrollo de energías limpias.

Los demócratas y republicanos tienen sus buenas diferencias, pero Biden ha logrado la unidad en temas que pueden beneficiar a México, por ejemplo, la recuperación de la cadena de suministros, el proyecto para producir chips, el programa de infraestructura que se propone modernizar puertos, aeropuertos y carreteras; entre otros.

Para todo lo anterior se necesitarán fábricas fuera, pero cerca de Estados Unidos y mano de obra calificada. Asunto aparte es la necesidad de trabajadores agrícolas.

Las oportunidades para México parecen infinitas, y lo son, a condición de que se emprenda un trabajo complementario al tratado de libre comercio existente porque implica temas como el migratorio. Está claro, así lo hizo sentir el propio Biden, que no será fácil que se apruebe su proyecto integral, pero lo que sí es posible es firmar acuerdos de trabajadores temporales que ya se practican en varios estados de los dos lados.

Pero no todo es economía, en su informe el presidente de Estados Unidos destacó la importancia de seguir avanzando contra los autoritarismos para que la democracia regrese a los países que la han perdido o son víctimas de autócratas.

Al igual que México, Estados Unidos es un país que tiene su principal fortaleza en la clase media, de ahí que el mandatario incursionó en temas que nos resultan muy familiares como los altos costos y la escasez de medicamentos, la voracidad de las farmacéuticas y aseguradoras; sentenció algo así como que la escalera se sube abajo para arriba y que se necesita que los pobres la suban.

Habrá quien se hunda en las ideologías y, peor aún, en corrientes añejas y caducas. Los tiempos obligan a los gobiernos a buscar los caminos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, las conquistas territoriales son obsesiones de tiranos tipo Putin o Xi Jinping.

Hay temas obligados que no serán fácil resolver como el tráfico de personas y drogas, en particular el fentanilo que está provocando graves daños en la sociedad estadounidense, lo mismo el tráfico de armas con el impacto en nuestro país. Estados Unidos arrastra un fuerte choque con el uso y abuso de las armas, en particular con las de asalto, pero ese asunto lo tendrán que resolver ellos solos.

México en breve tendrá contiendas electorales, los aspirantes a la presidencia pueden tener una plataforma pensando en las generaciones presentes o del futuro inmediato, para alcanzar las metas no existe otro camino que las alianzas e inversiones de todo tipo. Tenemos emprendedores y talentos en casa, pero necesitan el complemento de nuestros vecinos y socios.

Biden también mandó un mensaje en busca de la unidad, convocó a trabajar juntos demócratas y republicanos y eso nos llega muy de cerca, tenemos un país enfrentado, en choque permanente por la cotidiana necedad de crear divisiones que hasta hace poco no existían. Los candidatos ahí tienen otro tema, tal vez el más urgente: recuperar el tejido social y la sana convivencia.

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