Nissan Ariya: Objetivo verde
Los autos eléctricos dejaron de ser una apuesta para la industria automotriz y se convirtieron en la realidad que demanda la mayor cantidad de recursos técnicos y de desarrollo para cada uno de las fabricantes en el mundo. Para quienes crecimos entre el sonido del motor de combustión, las aceleraciones acompañadas por el rugido del escape y el rechinar de los neumáticos, tomará un tiempo adaptarse a una movilidad silenciosa pero que, sin lugar a dudas, es la única vía hacia un futuro libre de emisiones de CO2 y de otros gases nocivos para el medio ambiente.
Desde el circuito de Jarama, en Madrid, España, Nissan preparó un primer contacto con su nuevo crossover eléctrico denominado Ariya, que retoma el camino que inició el Leaf en 2011. Este nuevo modelo es un portento tecnológico, no solo por el conjunto motriz, sino también por la dinámica de conducción y seguridad que dan el primer paso hacia el futuro autónomo.
Como te conté está configurado sobre la imagen de un crossover, una tendencia a la que recurren la mayoría de las marcas, pues debajo de los asientos, va alojado el conjunto de baterías así como el hardware que permite la conversión entre AC y DC, y viceversa. Eso obliga a que le piso de los vehículos sea más ancho lo que se traduce en una menor distancia con relación al piso. Al final esta solución juega, en el mayor de los casos, a favor del desempeño debido a que baja aún más el centro de gravedad de la unidad.
El diseño de este modelo va acompañado de un profundo trabajo aerodinámico y de una grata simplicidad estética, sin líneas rebuscadas que muchos terminan por catalogar como “atrevidas”. De acuerdo a la información proporcionada por el fabricante, en su diseño destacan elementos estéticos como la línea que recorre a lo largo al vehículo, desde los faros delanteros hasta la culminación de la zaga. Además retoma el término japonés iki, que “caracteriza la naturaleza elegante y vanguardista del Ariya”. De igual forma por el patrón japonés kumiko en 3D que está presente en el escudo, que protege a los sensores del sistema ProPilot.
Otros elementos interesantes en el estilo del Ariya son los faros delanteros conformados por cuatro mini proyectores de 20 milímetros, las luces intermitentes de iluminación secuencial, los rines de aluminio con un diseño aerodinámico que pueden ser de 19” 0 20” así como la acentuada caída del techo para darle un toque de deportividad.
A manejar
Lo mejor está al momento de conducir pero antes fue necesario familiarizarse con el vehículo, sus reacciones y tacto. Por esta razón, con la compañía de un experto de la marca y en un ambiente controlado al haber sido diseñado un recorrido con un trazado específico, manejé los primeros kilómetros en el Ariya.
La versión probada fue la equipada con dos motores eléctricos con lo que tiene tracción total permanente, misma que le da vida al sistema e-4ORCE. Este avance, como ocurre en otros modelos, permite una distribución del torque entre ambos ejes pero también entre las vías derecha e izquierda, una herramienta que juega a favor del desempeño. Por ejemplo, al circular por una zona sinuosa es posible acelerar progresivamente sin el peligro de sufrir una pérdida de control pues el sistema ajustará de forma automática la tracción hacia la rueda que tenga el mayor contacto con el piso logrando de esta forma un mayor agarre, un mejor paso por curva y mayor control para el conductor.
Esta tecnología está acompañada por el mejorado sistema e-Pedal que originalmente fue lanzado con el Leaf. Ahora, utilizando únicamente el acelerador, es posible arrancar desde cero, acelerar, mantener una velocidad y frenar por completo. Entre sus mejoras están que, además de que es posible regular la fuerza de frenado, se reduce la oscilación de la carrocería haciendo que la marcha sea más confortable. En primer responsable de iniciar la fase de frenado es el motor eléctrico, pues opone resistencia, si es necesario una mayor fuerza entonces se activarán los frenos tradicionales, además de que se regenerará la batería.
Ya en el circuito hubo oportunidad de probar los modos de conducción que son Standard, Sport y Eco, que como te imaginarás, varían la entrega de potencia y, por consiguiente, aumentan o reducen la autonomía.
Después de una primera vuelta para reconocer el circuito, saber cuáles son los puntos clave para girar, frenar y acelerar, hubo oportunidad de rodar a un mayor ritmo, casi a tope. Es innegable que el peso del vehículo se hace presente, sobre todo al frenar, pero no se trata de una situación peligrosa pues los sistemas siempre actúan para evitar una pérdida de adherencia. La dirección se encarga de comunicar lo necesario pero está orientada a una conducción más relajada, sin embargo, en caso de aumentar la velocidad, ofrece una buena retroalimentación. La marcha es completamente silenciosa, algo que se debe a su naturaleza eléctrica pero también al trabajo de aerodinámico cuyo Coeficiente de arrastre es de 0.29, lo que elimina el ruido del aire.