más inflación, otra alza de tasas y el superpeso
9 de febrero. A las 6:02 el INEGI informó que la inflación rebotó en enero. Llegó a 7.91% a tasa anualizada. A las 13:03, el Banco de México dio a conocer su decisión. La tasas de interés subió 0.5% y quedó en 11 por ciento. A las 13.30 el tipo de cambio tocó “piso”, llegó a 18.73 en una jornada en la que estuvo en 19.00 pesos a las 10.30 de la mañana.
Estas siete horas y media nos ofrecen un buen tríptico del momento económico que vivimos. La inflación, el encarecimiento del crédito y el superpeso están en el centro de nuestras conversaciones, cuando de temas económicos se trata.
El dato de inflación nos recuerda que el alza de los precios está lejos de ser un problema resuelto. En Estados Unidos se habla de una inflación que empieza a ceder. En México, está claro que no es así y que el combate antiinflacionario será más largo y difícil de lo que se pensaba hace un par de meses. Debemos dejar de pensar en la inflación como si se tratara de un fenómeno importado y ocuparnos más de las causas “nacionales”. El Banco de México modificó su pronóstico de inflación para el final de 2023. En vez de 4.2 queda en 4.9 por ciento.
Sigue siendo muy optimista a la luz de los datos de enero. El 7.91% incluye un incremento de mas de 14% en alimentos procesados y las frutas y verduras están por encima de 10 por ciento.
El movimiento del Banco de México sorprendió porque todos esperábamos un alza de 0.25 puntos porcentuales. Se produjo el desacoplamiento respecto de las decisiones de la Reserva Federal, pero en una dirección que deja claro que hay motivos para preocuparse y ocuparse. Llevamos 14 alzas de tasas desde junio de 2021. Podemos afirmar que la inflación estaría peor, si el Banco de México no hubiera realizado esta cabalgata de tasas. Estamos seguros, también, que la medicina que ha aplicado el banco central no está ofreciendo la cura completa. ¿Qué más se debería hacer para llegar a una inflación de 3%?
El peso fue más superpeso después del anuncio del banco central. El aumento del diferencial de tasas entre México y Estados Unidos hace más atractivo invertir en la divisa mexicana. Son 6.25 puntos porcentuales la diferencia entre Banxico y la Fed. Esto es un cuarto de punto por encima de los seis puntos que predominaron durante 2022. El tipo de cambio cerró la jornada de ayer en 18.77, con una ganancia de 0.91% para el peso en una sola jornada. Si solo vemos este dato y lo sacamos de contexto, hay motivos para celebrar: la moneda mexicana está superfuerte.
¿Qué es más “nota”, el rebote de la inflación o el endurecimiento del Banxico? En términos de vida cotidiana, el incremento de los precios. Afecta a más personas, porque todos somos consumidores, mientras que menos de la cuarta parte de la población tiene un crédito bancario. El impacto es desigual y golpea con más fuerza a las familias de escasos recursos, pero no hay que olvidar que empobrece a las clases medias. Más de 50% del gasto de una familia “pobre” se destina a alimentos.
El efecto del alza de las tasas es más esotérico. La teoría dice que produce un enfriamiento de la economía porque inhibe la toma de créditos para el consumo y la inversión. En México, en 2022 la tasa de interés de Banxico se duplicó y pasó de 5% a 10% pero no hubo una disminución en la colocación de los créditos por parte de la banca, sino todo lo contrario. Los créditos a Mipymes crecieron 21%; los créditos personales subieron 22% y los de nómina, 16 por ciento. A la larga, el incremento en las tasas producirá el efecto que la teoría predice, pero no sabemos cuándo ocurrirá esto. Vale la pena anotar que hará más complicado el crecimiento del PIB y encarecerá el servicio de la deuda del Gobierno Federal, las empresas y los consumidores.
¿Qué podemos esperar… qué falta por hacer? En puerta está un reforzamiento del plan antiinflacionario, mejor conocido como PACIC. De manera extraoficial, se sabe que habrá más apertura a la importación de alimentos, por parte de países como Argentina y Brasil. Esto podrá ayudar, pero no es la solución completa. Acaso una pieza de un rompecabezas complejo. Habrá que resolver otros temas que en primera instancia no son “económicos”. En México, la inseguridad es inflacionaria, porque las extorsiones que hace el crimen organizado se convierten en costos de los productores que terminan pagando los consumidores. Tenemos inflación para rato. Lo bueno es que tenemos un Banco de México que ejerce su autonomía. ¿Para cuánto nos alcanza esto?