¿Cómo te afectaría si México cayera en una recesión económica?
Para nadie es secreto que ni la economía global ni la local están pasando por su mejor momento. La desaceleración está afectando a un gran número de naciones como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Japón, entre las que conforman a las economías avanzadas, y a China, México, Brasil, Argentina, India y Rusia entre los mercados emergentes.
La situación mexicana ha ido empeorando en los últimos meses, pues aunque el Producto Interno Bruto doméstico (PIB) ha mostrado avances, estos han sido marginales y no parece que la tendencia se pueda invertir en el futuro.
Los avances del PIB nos salvaron de la recesión técnica en agosto, pues evitaron que este indicador sumara dos trimestres de contracciones; sin embargo, con las caídas registradas en los últimos dos trimestres, más la de los últimos tres meses de 2018, México está viviendo oficialmente tiempos recesivos desde la primera mitad de 2019.
Lo anterior, debido a que la definición de una recesión económica técnica tiene que ver con por lo menos seis meses consecutivos a la baja; en el caso de México, nueve meses con una disminución significativa de la actividad económica, que se puede percibir en la disminución del PIB real, el empleo, la producción industrial y en las ventas al menudeo y mayoreo.
Pero ¿cómo afecta una recesión al mexicano común y corriente?
En primer lugar, tienes que saber que tu trabajo ya no será tan seguro como antes, pues lo podrías perder en cualquier momento por diferentes razones; además, encontrar uno nuevo será más difícil.
Debido a que una recesión implica la disminución de la riqueza en un país, el dinero dejará de fluir como lo hacia antes, por lo que muchas empresas se verán en la necesidad de recortar personal para reducir los costos de operación, mientras que en los peores casos terminarán declarándose en bancarrota dejando a cientos de personas sin trabajo.
Como ya te estarás imaginando, al mismo tiempo que el desempleo aumenta, los salarios disminuyen, a causa de que al haber mucha gente con necesidad de trabajar, la ocupación termina convirtiéndose en un lujo que muchos desean tener, sin importar lo raquítico de las recompensas.
Se trata de un ciclo que puede llevar a un país a experimentar una fuerte crisis económica si el Gobierno no actúa de manera eficiente para impulsar los indicadores que puedan romper con él, como por ejemplo, generar empleo a través de la inversión, elevar el consumo doméstico en favor de las empresas o aumentar la producción de sus importaciones como el petróleo.
Gabriel Morelos Borja, decano de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, dijo que en una recesión las empresas dejan de contratar mano de obra porque venden menos, lo que da como resultado que la cantidad de dinero disponible en el mercado baje.
“Hay menos confianza en el consumidor y menos confianza en los inversionistas. El problema es que produce un círculo vicioso en el que baja la producción y baja el consumo, y al bajar el consumo, baja nuevamente la producción y bajan los empleos”.
Generalmente, durante una recesión económica disminuye la disposición de dinero, por lo que en los aspectos financieros los empresarios e inversionistas se comportan de manera más ajustada, evitando desperdiciar los recursos en tareas que impliquen riesgos o que no ofrezcan ganancias en el corto plazo.
Por lo anterior, dos de los indicadores más importantes y esperanzadores durante una recesión son la inflación y el consumo de bienes y servicios; dos temas económicos en los que afortunadamente se han reportado buenos resultados en los últimos meses.
Al respecto, la economista en jefe de Banorte, Delia Paredes, precisó que hay otros indicadores que son confiables para analizar el desempeño de la economía de un país como el marco macroeconómico.
Señaló que la inflación y el tipo de cambio se han mantenido estables, pues el peso se ubica entre las diez monedas emergentes frente al dólar, mientras que los niveles de inflación brindaron espacio suficiente para que el Banco de México (Banxico) recortara en tres ocasiones su tasa de referencia, lo cual mejorará el índice de inversión extranjera.
Por otra parte, está la confianza al consumidor, indicador que los mexicanos ven con buenos ojos en favor de su situación económica a futuro, esto luego de que se alcanzara un máximo de dos por ciento en junio de este año.
Asimismo, se encuentra el consumo privado que también se ha convertido en un motor que mueve a la economía, ya que desde 2007 se ha registrado un incremento en promedio trimestral, además de que los bienes de consumo nacional han tenido un comportamiento positivo.
Por lo anterior, queda claro que aún no debes perder la esperanza de que el país saldrá del bache, aunque sí debes buscar formas efectivas de mejorar tus ingresos, ya que si la situación empeora lo mejor que puedes hacer es tener más efectivo, ahorrar y contar con una fuente de empleo confiable.
Con información de Milenio, Gedesco, Expansión, El Economista, El Universal y El Diario de Finanzas
Portada: DAVID POLO/CUARTOSCURO
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