Bolsonaro sobreactúa, olvida derrota
Brasilia. Sin mencionar al presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario Jair Bolsonaro rompió el martes el silencio de dos días, tras la estrecha derrota en el balotaje presidencial de Brasil, y autorizó la transición con el nuevo equipo prometiendo “cumplir” la Constitución.
Bolsonaro habló poco más de dos minutos en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial, donde comenzó refiriéndose a los bloqueos viales por parte de sus seguidores, que han paralizado rutas de todo el país en contra de la victoria del exmandatario izquierdista.
“Los movimientos populares son fruto de la indignación y el sentimiento de injusticia por cómo se dio el proceso electoral”, comenzó, rodeado de algunos ministros de su gabinete.
“Como presidente de la República y ciudadano, continuaré cumpliendo con todos los mandamientos de nuestra Constitución”, agregó.
El ultraderechista aseguró que, pese a la derrota, “la derecha surgió de verdad en el país”, y destacó la “robusta” representación en el Congreso conseguida en las elecciones del 2 de octubre.
El mandatario se jactó de haber “superado una pandemia y las consecuencias de una guerra”, teniendo “todo el sistema en contra”.
Autoriza transición
Bolsonaro agradeció a los 58 millones de brasileños que votaron por él en el balotaje del pasado domingo.
Tras su discurso, su jefe de gabinete, Ciro Nogueira, informó que el presidente “autorizó” el inicio del “proceso de transición” con el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
El dirigente, de 67 años, se despidió asegurando estar “honrado” de estar en un lugar de líder, y sin responder preguntas.
“Es una honra ser el líder de millones que defienden la libertad económica, religiosa, de opinión, la honestidad y los colores verde y amarillo de nuestra bandera”, concluyó. Bolsonaro mantuvo al país en vilo durante dos días al guardar silencio tras perder en el balotaje (49.1% de los votos frente a 50.9% para Lula).
Durante meses, Bolsonaro cuestionó sin pruebas el sistema electrónico de votos, despertando temores de que no aceptaría una derrota.