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¿Ineptitud o alevosía? Las mil muertes por COVID-19 que la 4T pudo evitar

¿Ineptitud o alevosía? Las mil muertes por COVID-19 que la 4T pudo evitar

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El gobierno, o no tiene la capacidad necesaria, o ha tomado decisiones criminales. Hasta el momento, alrededor de mil muertes por COVID-19 se pudieron haber evitado.
Suponga que el porcentaje de rotación del personal de su empresa venía disminuyendo pero se estancó, no va más a la baja. O que la métrica que señala las reclamaciones de los clientes detuvo su tendencia descendente. O que un indicador de error en la calidad dejó de mejorar. Si ya observó que la mejora se detiene, ¿debería tomar acciones inmediatamente?
Un indicador nos da una idea de que algo va bien o mal, pero será necesario ir más allá si no incluye información que nos ayude a entender las razones y las consecuencias de su comportamiento. Si no tenemos la respuesta a la pregunta ¿por qué?, no podremos entender a qué se debe el estancamiento de la rotación del personal, o de las reclamaciones de los clientes o las fallas en la calidad.
La epidemia de coronavirus en nuestro país es similar a los ejemplos anteriores: es deseable que el contagio no crezca, o que sea lo más bajo posible porque eso se traduce en menos muertes, menos problemas para el sistema de salud, para la economía, para las personas, etcétera. Ahora, si ponemos los ojos solamente en el constante crecimiento de los casos (esto es ver el bosque), nos perdemos de información relevante para la toma de decisiones (es necesario ver los árboles también). Entendamos entonces que el indicador ‘Porcentaje de crecimiento de casos de contagio’ es la métrica más importante de todas; las demás vienen como consecuencia.

Vayamos a nuestro análisis.
La flecha en color verde en el gráfico ‘Varianza de casos confirmados al 23/04/20’ muestra que, del 13 al 30 de marzo de 2020, el porcentaje con el que se incrementaron mostró una tendencia decreciente. Por ejemplo, el 12 de marzo tuvimos 15 casos y para el día siguiente aumentaron a 26; son 11 casos más, o sea, un incremento de 73.3%. El día 14 llegamos a 41 casos, un 57.7% más que el día anterior. El porcentaje disminuyó (aunque con altas y bajas) hasta llegar a 10.2% el 30 de marzo, y a partir de esa fecha su comportamiento se ha estancado (flecha en color rojo):

COVID-19 confirmados

¿Cuáles han sido las consecuencias de este estancamiento?

Primero asegurémonos de entender cómo impacta el porcentaje de varianza en el crecimiento del contagio.
El 29 de marzo se registraron 993 casos y el día 30 llegamos a mil 94; son 101 casos más: un incremento de 10.2% (al inicio de la flecha roja).
Ahora, el 22 de abril tuvimos 10 mil 544 casos y el día 23 llegamos a 11 mil 633; son mil 89 casos más. El incremento fue de 10.3%, casi el mismo del inicio de la flecha roja. Pero claro, el 10% de mil (100) es muy diferente que el de 10 mil (mil).
En el Gráfico 1: Casos, el 90.6% de los 11 mil 633 casos que llevamos al día de hoy (o sea, 10 mil 539) se produjo durante el periodo de estancamiento. El 9.4% (o sea, mil 94) se produjo antes.

Veamos ahora la consecuencia más dolorosa.

En el Gráfico 2: Defunciones, el 97.4% de las mil 69 muertes que llevamos al día de hoy (o sea, mil 41) se produjo durante el periodo de estancamiento. El 2.6% (o sea, 28) se produjo antes.

COVID-19 defunciones

Las más graves consecuencias de la epidemia de COVID-19 en nuestro país se han presentado en los últimos 25 días, esto es, desde que la tendencia porcentual que comentamos se estancó.

No puedo evitar preguntarme: ¿Por qué el gobierno no tomó acciones a los pocos días de haber observado que el indicador dejó de mejorar?

Posible respuesta 1: Porque no tuvo la capacidad para detectarlo
Esto sería muy grave. Hablamos de matemáticas simples, de calcular sencillos porcentajes; no son necesarios los conocimientos de estadística. ¿Qué tan competentes son las personas que se encargan de enfrentar este grave problema en el país?

Posible respuesta 2: Porque ha optado por trasladar a los ciudadanos la mayor parte de los costos relacionados
Vemos que el gobierno ha estado poniendo sus ocurrencias económicas (si, ocurrencias, no estrategias debidamente estructuradas) y hasta sus pretextos por encima de la vida de las personas, y al parecer lo seguirá haciendo. ESTO ES CRIMINAL.

Aún habría que considerar los demás efectos negativos para los ciudadanos, los profesionales de la salud y el mismo sistema de salud: los negocios de todo tipo y tamaño, los empleos, la economía del país, el vandalismo, etcétera. Piense en todo esto al analizar el siguiente ejercicio de lo que aún podríamos enfrentar, y de cómo cambiarían las consecuencias si se presenta un ligero cambio en la tendencia porcentual que hemos venido comentando.

En el gráfico Escenario 1, los puntos en color azul muestran el incremento de casos al día de hoy (11 mil 633). La línea de guiones en color azul representan la tendencia polinómica (calculada bajo grado 5 a 74 periodos) Es necesario señalar que el gráfico nos da un acercamiento a ‘lo que podría ser’ si las variables se mantienen como hasta ahora; no muestra números exactos.

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En el gráfico Escenario 2 cambiamos el acumulado de casos al 23 de abril, de 11 mil 633 a 10 mil 649, esto es, suponemos que el aumento es de solo 1.0% (105 casos).

Por supuesto, es necesario considerar que las cifras de casos de contagio que mencionamos aquí son las oficiales, esto es, no reflejan la verdadera situación del país. Te invito a revisar el interesante artículo del Dr. Arturo Erdely sobre las estimaciones del Modelo Centinela. Aquí el link.
Lo cierto es que la fase 3 llega 24 días tarde. Por ineptitud o, peor aún, a sabiendas, con alevosía. Alrededor de mil muertes se pudieron haber evitado, y aún morirán muchas personas más. Continuarán muriendo también muchos empleos y negocios, la situación del país se complicará progresivamente. Repito, esto es criminal.

Imágenes interiores: Jesús González

PORTADA: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM