4 motivos por los que las elecciones de EU serían un desastre
Las elecciones de Estados Unidos, programadas para el 3 de noviembre de este año, podrían ser un desastre por cuatro motivos.
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en las campañas del candidato demócrata, Joe Biden, y el presidente republicano, Donald Trump, quien busca su reelección, con la suspensión de los eventos multitudinarios.
Sin embargo, a solo cuatro meses de los comicios y sin una vacuna contra el coronavirus cerca, tal parece que el día de las votaciones también se enfrentará a diversas problemáticas.
Miedo al contagio
Millones de estadounidenses emitirán su sufragio de manera presencial en noviembre, por elección o porque su estado no ofrece otra alternativa.
Los centros de votación funcionan gracias a los voluntarios, que en su mayoría son personas de edad avanzada, de entre 61 años o más.
Muchos ya decidieron que este sistema no será seguro, pues este sector es uno de los más vulnerables al contagio de COVID-19.
En algunos estados están buscando la manera de atraer a personas más jóvenes para coordinar las urnas, pero la escasez de personal ha obligado a reducir el número de lugares de votación.
Este será otro problema, pues implica crear largas filas y supone que los votantes realicen largos viajes.
Además, los estadounidenses de la tercera edad, particularmente en los estados que no han hecho arreglos para la pandemia, tendrán que pensar mucho sobre el riesgo que implicará votar en persona.
Voto por correo
Para este año, Washington, Oregón, Hawái, Colorado y Utah ya habían planeado llevar a cabo la votación por correo.
Ahora, docenas de estados están luchando para ajustar sus procedimientos en las elecciones, levantando las restricciones a las boletas de ausencia y alentando a los estadounidenses a votar por correo.
Aunque antes de la pandemia algunos vieron que el futuro estaba en un sistema de pantalla táctil, que registraba los votos dentro de la máquina, la seguridad cibernética y los temores de piratería provocados por el ataque de Rusia a las elecciones de 2016 dieron un vuelco a esa suposición.
Catorce estados se han apresurado a actualizar los sistemas a raíz de dicho episodio, lo que significa que millones de votantes y trabajadores electorales usarán nuevas máquinas el día de las elecciones.
No obstante, en comicios estatales ha ocurrido que los trabajadores cometen errores en la programación, lo que ha provocado que el proceso sea hasta tres veces más tardado que marcar papeletas tradicionales, por lo que la apuesta central continúa siendo por correo.
Servicio Postal en crisis
De acuerdo con los titulares, esta será la campaña más cara de todos los tiempos, pues tanto Joe Biden como Donald Trump están recaudando cantidades récord de dinero.
Sin embargo, quienes administran las elecciones y se aseguran de que se cuenten todos los votos, se enfrentan a un profundo déficit de financiación, lo que es preocupante desde antes de que se desatara la pandemia de COVID-19.
Además, la crisis sanitaria obligó al Congreso a incluir solo 400 millones de dólares para los administradores electorales, una fracción de los 3.6 mil millones que los demócratas habían propuesto enviar a funcionarios estatales y locales.
Aunado a lo anterior, el Servicio Postal, que está asumiendo un papel primordial en las elecciones a medida que los estados cambian a las boletas por correo, pronostica el colapso del sistema para otoño.
Incluso, datos oficiales señalan que ni siquiera alcanzó sus propios objetivos de entrega a tiempo en cinco años, lo que significaría que las papeletas tardarán días en llegar a su destino después de los comicios.
Además, con la pandemia, no solo las entregas se han vuelto más desafiantes; el correo en todo el sistema se ha ralentizado debido a que el virus ha cobrado la vida de más de 60 trabajadores postales y ha dejado a miles de ellos enfermos o en cuarentena
¿Adiós al voto estudiantil?
El cierre de colegios, universidades y centros académicos ha hecho que los expertos piensen que alrededor de 20 millones de estudiantes podrían no votar.
De acuerdo con diversos estudios, esta es una de las poblaciones más difíciles de inscribirse y participar, aunque tienen la opción de emitir su sufragio en su ciudad natal o en la que están estudiando.
Dada la enorme población de alumnos en tres estados clave (Michigan, Wisconsin y Pensilvania) este factor podría perturbar seriamente las campañas de registro de votantes.
Además, los expertos afirman que esta es una generación confundida ante el funcionamiento de la oficina de correos y que no ha votado a través de este sistema porque ni siquiera sabe dónde comprar estampillas.
Aunado a lo anterior, los expertos temen que el inminente desastre en las elecciones podría provocar que Trump cuestione los resultados.
Incluso, reportes oficiales señalan que las administraciones de ambas campañas han reservado millones de dólares y también han reclutado equipos de abogados para las luchas legales derivadas de los comicios.
Con información de CNN en Español, Político y BBC
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